“Norma”, protagonizada por Mercedes Morán, que también escribió el guion junto al director de la película, Santiago Giralt, es el retrato de una mujer que siente que vive una vida ideal hasta que un hecho menor pero que forma parte de las problemáticas a las que se enfrenta como miembro de una clase acomodada es el detonante de una revolución personal que la va a llevar a dar un giro en su existencia.
“La idea nació de Norma, un personaje de una novela de Santiago. Quedamos enganchados con esa mujer llena de dificultades y que, como todos, buscaba un poco de felicidad, que se corría de los parámetros y las normas con los que había construido su vida“, cuenta Mercedes Morán en comunicación con Télam.
La comedia, que se estrena el próximo jueves, es la primera experiencia de Morán como guionista, que junto a Giralt ( “UPA! Una película argentina”, “Las Hermanas L”, “Toda la gente sola”, “Queer Diaries”, entre otros títulos), crearon un personaje que se desprende de una novela inédita del realizador, una mujer que hace lo que debe en un pueblo de provincia y aparentemente tiene un entorno tan conforme como ella con su cotidianidad.
Norma (Morán) está casada con Gustavo (Alejandro Awada), con una hija médica (Mercedes Scápola), una madre demandante (Elvira Onetto) y una hermana con la que no se habla (Mirella Pascual), pero la renuncia de su empleada que la ayuda en las tareas de la casa, trastoca por completo la percepción sobre su propia existencia y la de quienes la rodean, lo que la obliga a tomar otros caminos, una aventura llena de situaciones insólitas, en la búsqueda de una alternativa a los mandatos y a lo que se espera de ella como mujer de cierto entorno social.
El elenco de “Norma” se completa con Lorena Vega, Marco Antonio Caponi, Claudia Cantero y Elizabeth Vernaci.
-¿Cómo nació la idea de contar en tu primer guion la vida de una mujer insatisfecha que logra reinventarse?
-Bueno, un personaje de una novela de Santiago (Giralt). Quedamos enganchados con esa mujer llena de dificultades y que, como todos, buscaba un poco la felicidad, que se corría de los parámetros y las normas con los que había construido su vida, que en general nos dictan a todos y que ella había cumplido obedientemente, pero que no la hacían sentir feliz. Entonces nos pareció interesante contar esta historia, asistir un poco a esa esa evolución, a esa de construcción que hace esta señora con todas las dificultades que tiene desde una mirada piadosa y humorística.
-¿Cuáles son las fuentes en donde abrevaste o te referenciaste para concebir el perfil y la historia de Norma?
-En general me nutro del comportamiento que observo en la gente, en especial el de las mujeres. Cuando decidimos que este personaje iba a ser un personaje que viviera en una ciudad pequeña del interior, por el hecho de que nos resultaba funcional a la historia de la presión que recibía en ella la mirada ajena y cómo eso impactaba en su vida, pensando que en una escala menor, las miradas, el conocimiento de todos los habitantes es mucho más fuerte que en una ciudad más grande. Por supuesto que tanto Santiago como yo, que hemos pasado nuestras infancias en ciudades del interior, tenemos muy claros esos comportamientos y a esas mujeres, seguramente ambos las observamos antes de saber que los dos nos íbamos a dedicar a esto.
-¿Cómo fue le trabajo con Santiago Giralt con el guion? ¿También fue en equipo el trabajo de la puesta?
-Trabajamos juntos en el guion desde el primer día a partir de una propuesta suya, fue sin ninguna expectativa más que juntarnos y pasarla bien desarrollando esta historia. Pasaron unos años y cuando finalmente volvimos a ella, para nuestra felicidad descubrimos que se mantenía viva y por eso encontró su destino de película.
-¿La comedia dramática era la elección inevitable para reflejar el hastío, la falta de horizontes y luego una segunda oportunidad?
-A mí me parece que la comedia o el humor son caminos muy lindos para transitar y para poder empatizar con algún tema, poder vencer esa resistencia que tenemos a veces a repensar algunas cosas o a escuchar algunos cuentos y que eso de alguna manera nos haga una pequeña huella, creo que el sentido del humor en cualquier historia nos acerca. Con Santiago tuvimos mucho cuidado, no queríamos bajar ninguna línea ni pecar de solemnes, por eso el humor y la risa nos salvan de eso.