Los sociólogos y psicólogos argumentan que vivimos en la era del “amor líquido”, donde el sentimiento amoroso actual se caracteriza por su fluidez, en contraste con la “solidez” o estabilidad que se buscaba décadas atrás en las relaciones sentimentales, con el propósito de establecer parejas con una perspectiva de perdurabilidad.
¿Qué fue lo que cambió en las personas? Tal vez podemos pensar en que ha desaparecido la búsqueda del alma gemela, de la persona confiable y leal, del sentimiento de incondicionalidad, de seguridad, de mutuo respeto y cuidado.
Muchos estudiosos de los comportamientos humanos actuales creen que la cultura de nuestros días, con la velocidad tecnológica, la libertad sexual y la modificación de los valores y conductas tradicionales ha conducido a cambios notables en las conductas, en la manera de expresar las emociones y en última instancia, en la búsqueda de metas y objetivos en relación a la conformación de parejas.
Algunos opinan inclusive que el concepto de pareja ha cambiado en el sentido de que la estabilidad, fidelidad, solidaridad, compromiso y comprensión que se buscaba se ha modificado dando lugar a un nuevo modelo de pareja en la cual la búsqueda apunta mayormente a la compatibilidad sexual y a la satisfacción de los propios intereses personales ¿Es posible que sea así en la mayoría de los casos?
Tal vez, como opinión personal y desde la experiencia clínica, el cambio que se observa no está en las metas, sino en la manera de implementar los propios recursos para lograr el objetivo.
Todos buscamos un otro con quien ser compatibles, con quien poder mostrarnos como somos, con quien poder expresarnos sin censuras, que nos acompañe en la aventura de la vida y a su vez, nos estimule con propuestas interesantes en diferentes aspectos.
Pero muchas veces, no tenemos la suficiente autoestima, el conocimiento y las herramientas para poder expresar nuestros deseos al otro para que nos entienda y así establecer una comunicación de doble vía para poder lograrlo.
Estas situaciones se manifiestan con mucha claridad en la intimidad, en el vínculo sexual, ya que éste, es el resultado de haber resuelto primero todos los cuestionamientos previos, ya sea con uno mismo y con la otra persona. La adecuada comunicación es un tema clave y requiere habilidad, percepción y control de la impaciencia.
Con respecto a la autoestima, el desagrado por el propio cuerpo es un factor que influye enormemente y puede poner en peligro los otros recursos que se pueden utilizar, pero que quedan inhibidos por esas ideas de autocensura.
Por suerte, hoy en día las personas cuentan con la ayuda de abordajes terapéuticos que pueden ir resolviendo cada uno de esos problemas que inhabilitan una vida personal satisfactoria, lo cual se reflejará en el logro de una pareja armoniosa en todos sus aspectos.