“Hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer”, cantaba la banda Bersuit Vergarabat en su canción ‘Murguita del Sur’ y es lo que sucedió con Diego Maradona desde el 25 de noviembre de 2020, cuando pasado el mediodía de esta parte del mundo, todo el planeta se detuvo ante la noticia de su fallecimiento.
Es que desde aquel día, si bien Maradona nunca caminó tranquilo por los diferentes rincones de la tierra después de desparramar alegría y felicidad con la pelota, ese amor se multiplicó y se tradujo en arte con diferentes murales y lugares donde congregarse para demostrarle afecto, como sucedió en los alrededores del estadio de Argentinos Juniors, que ve su cuadra envuelta en su rostro, entre otros lugares de la ciudad, el país y el mundo.
Ahora, el nuevo homenaje, que llega el 10 del 10 en su vieja casa del barrio de Villa Devoto, ubicada en José Luis Cantilo al 4500, tiene como autores intelectuales y ejecutores a la directora de arte Mariana Bianchini, y al muralista Gastón Liberto.
“Maradona como el D10S que cuida su templo”, se tituló la obra artística que comenzó el 10 de septiembre y finalizó para el Día de la Primavera, en la que se ve a Diego en tres instantes diferentes de su carrera y con un flow de fondo dado por una idea única como es su firma en diferentes amplitudes y colores.
“La idea la comenzamos con Mariana, tomando su casa como un templo. La composición del mural fue complicada porque teníamos muchas imágenes de Diego y terminamos en tres. Para darle dinamismo al fondo pusimos la firma de Maradona ampliada, con colores, y destacamos su esencia en el juego en el centro”, contó el muralista en diálogo con Télam.
“Buscamos la imagen icónica de Diego contra Inglaterra en su inicio del Gol del Siglo y una más en la que se sintetiza su liderazgo en Napoli”, explicó Gastón Liberto.
“Lo más complejo es definir los caminos y entenderlo para mostrarlo de su mejor forma. Es difícil de transmitir pero se sentía mucho su energía”, explicó el artista, quien realizó esta obra en la compañía de cuatro asistentes.
Por su parte, Bianchini señaló que pasaron “muchas noches sin dormir” pensando en cómo se podía sintetizar su vida deportiva en sólo tres imágenes.
“El mismo espacio físico del muro nos indicó que lo ideal era poner sólo tres imágenes. La del centro con él jugando tiene un poco de aura alrededor de la imagen. El concepto es para remarcar su endiosamiento”, afirmó.
“Buscamos muchas imágenes de referencia, videos, intercambiábamos a toda hora. Y en un momento, después de depurar, buscamos sintetizar en algo dinámico. Quisimos componer para que las imágenes convivan bellamente entre ellas. Comenzamos en algo más barroco y terminamos en este concepto”, detalló Mariana Bianchini.
Además, trabajaron en la puesta en valor los arquitectos Diego Sztrum, Diego Schmibov y Axel Davidson.
Y la idea, según contó Sztrum, es terminar la obra de restauración en un mes y medio o dos para “abrir un hotel temático” en el que se alquilará la casa de manera temporaria por una noche o más para huéspedes limitados.
“Tendrá un sector específico, con recuerdos de la vida de Maradona y estamos abiertos a donaciones de objetos”, adelantó.
Es por eso que cuando uno apenas llega a la casa se escuchan todo tipo de maquinaria de obra, mientras que los pisos de parquet de la primera planta se “lograron salvar en gran medida” para mantener todo lo más original posible.
En la planta baja, se ve el mármol de Carrara italiano, típico de las casonas con un buen poder adquisitivo en la década de los sesenta y setenta. Apenas se ingresa y al lado de la escalera, formada por el mismo mármol, el paso conduce a los dormitorios.
Diego Maradona se instaló en esa casa con su familia en 1981, y vivió allí con Claudia Villafañe durante parte del noviazgo, junto con sus padres (Don Diego y Doña Tota) y algunos de sus hermanos, cuando firmó su pase con Boca Juniors, equipo con el que ese año se consagró campeón del torneo Metropolitano.
En ese lugar le cumplió el sueño a sus padres de comprarles la casa. Antes, Argentinos Juniors le había regalado una en en el barrio de La Paternal, en Lascano y Caracas, cuando firmó su contrato profesional y salió de Villa Fiorito.
Sus padres vivieron allí durante largas décadas y la casa guarda los latidos de lo sucedido, como cuando salió por el balcón del chalet a saludar a los fanáticos que se acercaron después de la conquista del Mundial de México 1986 con la Selección argentina.
La casa ya no pertenece a la familia de Diego, ya que se remató con una serie de bienes durante 2021, sobre una base imponible de alrededor de un millón de dólares.
Y a lo largo del Mundial de Qatar 2022 se abrieron sus puertas para juntar a los vecinos de Villa Devoto y a los fanáticos enfrente de una pantalla gigante y con carnes asadas para todos. El mural inaugurado hoy cierra ese ciclo familiar y deportivo del máximo ídolo futbolero de la Argentina.