Las elecciones de salida del príncipe Guillermo y su esposa Catalina, princesa de Gales, pueden ser mucho más políticas de lo que parecen. De hecho, Kate y William rindieron homenaje a la diversidad del Reino Unido como parte del “Mes de la Historia Negra”, pero ni en ningún lugar ni con nadie. Fueron a encontrarse con la “generación Windrush” en Cardiff.

Windrush, que lleva el nombre del barco en el que llegaron los caribeños para reconstruir el país al final de la Segunda Guerra Mundial. Inmigrantes, aunque procedieran de territorios de la Commonwealth. Aunque obtuvieron en 1948, como todos los habitantes de las colonias, mediante la Ley de Nacionalidad Británica, el derecho a venir, vivir y trabajar en Gran Bretaña, esto nunca les garantizó la nacionalidad británica.

Generación Windrush

Sin embargo, esta “generación Windrush” y sus descendientes fueron, en abril de 2018, blanco del endurecimiento de la política migratoria de la entonces Primera Ministra, Theresa May. Habían pasado a ser legalmente deportables, 70 años después de haber venido a ayudar a reconstruir el país. Si se ofreció una tímida disculpa, la herida permaneció abierta desde entonces, y Kate y William están ahí para cerrarla. Al menos por parte de Buckingham, que está haciendo numerosos esfuerzos, sobre todo desde las acusaciones de Meghan y Harry, para afirmar que el racismo no tiene cabida allí.

La pareja principesca publicó en su cuenta de Instagram y compartió multiples imagenes en Instagram de su encuentro con la “generación Windrush” y sus descendientes. Y elogiaron sus acciones. “Es increíble ver que las contribuciones de la generación Windrush continúan hoy y más allá. Los jóvenes reciben una plataforma para ser la voz del cambio y construir amistades y comunidad”, dice el pie de foto.

También dieron la palabra a algunas figuras de esta generación, que trabajan por la comunidad en un deber de memoria. La pareja también visitó una escuela que enseña la historia de la inmigración Windrush, con el objetivo de enseñar a los niños cómo esta generación impactó la sociedad del Reino Unido. Y para hacer más fácil la convivencia.

Mientras tanto en Downing Street

Esta visita se produce además al mismo tiempo que las declaraciones, una vez más controvertidas, de la Ministra del Interior, Suella Braverman. Este último tiene profesodurante la conferencia conservadora, que un “huracán” de inmigrantes azotaría el Reino Unido si el país seguía respetando la ley de 1998, Human Rights Acts, que incorpora el Convenio Europeo de Derechos Humanos a su legislación.

El ministro, cuyos padres emigraron al Reino Unido en los años 1960, incluso las rebautizó como “Criminal Rights Acts” y cree que esta ley sólo permitía la llegada de delincuentes y “migrantes ilegales”. Comentarios similares a los que hizo en 2020 Éric Zemmour, multado con 10.000 euros en 2022 por provocar el odio.





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