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La novena edición del Festival Internacional de Circo Independiente (FICI), cuya programación propone 12 actividades que abarcan diferentes expresiones circenses de la escena nacional e internacional, se realizará desde este viernes y hasta el 5 de noviembre en diferentes espacios de Buenos Aires con una propuesta que busca reivindicar este arte ancestral.

“A veces sentimos que el festival es un milagro; nuestro espíritu es no tener techo, es saber que cada vez podemos hacerlo más grande, más lindo y pensar en la expansión constante. Este encuentro es una fiesta, es necesario para nuestro sector; tiene un espíritu de lucha porque de a poco supimos ganar ese espacio. Siempre estamos poniendo el pie en las puertas para que no nos las cierren diciendo ‘estamos acá'”, postuló a Télam Leticia Vetrano, integrante del equipo del FICI.

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Este año el encuentro contará con espectáculos provenientes de Bélgica, España, Italia y Argentina y funciones de sala y de calle con entradas gratuitas, a la gorra y pagas.

“El festival tiene un espíritu combativo desde la construcción, la empatía y el amor -apuntó Vetrano-. Somos un equipo de artistas que decidieron hacer este festival para otros artistas, además de para nosotros”.

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“One Shot” (Bélgica), pieza con música en vivo, en donde los movimientos se mezclan entre la manipulación de hachas y acrobacias en el palo chino; “A-mén” (Italia-Catalunya), que desde el humor cuestiona el rol de la religión católica en la formación de una mujer; y “B.O.B.A.S” (España), espectáculo protagonizado por un trío de clown que transforma una situación dramática en una comedia de accidentes; son algunas de las propuestas internacionales que integran la grilla.

Entre los espectáculos argentinos se presentarán, entre otros, “Rodando a saco”, una obra de teatro callejero para disfrutar de lo absurdo; y “Waminix”, puesta dirigida por Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis. que combina elementos del circo y teatro.

Como cada año, esta fiesta impulsa una instancia de creación colectiva experimental en donde se elige un director y se abre una convocatoria seleccionando a nueve artistas. En esta edición, Guillermo Angelelli es quien propuso su método de trabajo y condujo el proceso creativo.

Los artistas ensayaron durante una semana para realizar una pieza única que se presentará en la Gala experimental, que tendrá lugar este viernes a las 20 en la Carpa de la Universidad Nacional de San Martín.

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La Gala de cierre del FICI se realizará el domingo 5 de noviembre a las 20 en El Galpón de Guevara, con un espectáculo de variedades (contorsiones, trapecio, tela, música) junto a artistas nacionales e internacionales.

La programación completa puede encontrarse en https://www.instagram.com/ficifestivaldecirco/.

– ¿Cómo se fue adaptando el circo a los tiempos que corren?
El circo por su naturaleza siempre se adapta a los tiempos que corren. Desde sus orígenes, al tener un espíritu itinerante y viajero el circo siempre va encontrando esos espacios. El artista de circo siempre está buscando donde ir y buscar los públicos. No es una persona que se va a quedar esperando a que la llamen. El artista de circo se autogestiona, se autoproduce, crea y busca constantemente el público que le interesa, ya sea en una plaza, en una carpa o en un teatro.

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– ¿Puede decirse que el festival propone recuperar o defender al circo con todo lo que eso implica?
 La propuesta del festival es sobre todo defender el circo, que como arte escénica hace muy poco tiempo tiene su presencia en algunos eventos culturales de relevancia o festivales como arte escénica individual y no dentro del teatro, por ejemplo. Antes las artes escénicas envolvían todo: danza, teatro, circo. La danza ya viene en esta lucha hace tiempo y viene ganando más derechos, y lo mismo con el sector del circo que se está organizando gracias a que hay gente responsable trabajando en que eso suceda. Se logró que el circo exista como arte escénica individual para el Estado y que aparezca la palabra “circo” en los subsidios.

Hacer circo tiene otras necesidades y otro estilo de creación. El artista de circo crea de otra manera, porque lo que está en juego en la técnica circense, aparte de que tiene otros riesgos, es que se trabaja el cuerpo desde un lugar diferente y hay riesgos que el artista asume. Entonces todo ese trabajo es diferente. Desde el festival buscamos este lugar en el Estado, en la cultura, en las políticas culturales.

Nuestro primer deseo tiene que ver con recuperar ese espacio que en la Ciudad no existía o que había perdido con Polo circo, en su momento. Sentíamos que era importante que una ciudad como Buenos Aires tenga su festival internacional de circo. El sector está creciendo cada vez más y hay escuelas y muchos lugares de formación, pero sentíamos que faltan lugares de representación donde el artista de circo se pueda presentar y competir con la cartelera porteña teatral. Tenemos ese deseo de formar parte de una movida cultural que hay en esta ciudad y el festival viene a ocupar un poco ese lugar. Por suerte en los últimos años también aparecieron más festivales con características propias y particulares sobre todo en plazas. Empiezan a pasar otras cosas.

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– ¿Dónde se hizo foco en esta edición? ¿Con qué criterio armaron esta programación?
– Hicimos mucho hincapié en concentrar la energía para trabajar en cosas muy concretas y claras en relación al trabajo arriba y abajo del escenario. Los espectáculos seleccionados para esta edición representan muy bien el tipo de energía que queremos transmitir y comunicar. Podríamos decir que esta edición es muy concreta en términos de programación y en la búsqueda de que el circo sea para todas las edades y no encasillarlo en un rango etario.

En las propuestas de este año destaco mucho el trabajo en barrios como Zavaleta y Barrio 31 con el espectáculo “Rodando” y con los talleres dirigidos a las infancias. Es un trabajo que se hace en articulación con referentes de cada barrio y hay mucho trabajo por detrás. Se logró traer a infancias de un barrio a ver la varieté en Parque Centenario, por ejemplo. Este año no solo apuntamos a que el circo vaya al barrio, sino que buscamos traer a todos los públicos a ver y a participar del festival, es uno de los objetivos que más nos atraviesa.

– ¿Qué destacarías de las propuestas que se presentan este año?
– 
Intentamos que este festival represente a todas las expresiones de circo que existen. Entonces en las galas, por ejemplo, habrá circo de todas las formas, desde el más tradicional hasta lo más contemporáneo. Una gran parte de la programación está destinada a todos los públicos, y esta es una clasificación que nosotros sentimos que es necesaria hacer. Pensamos mucho en un circo transgeneracional, donde las personas adultas se puedan sentir interpeladas y las infancias también puedan estar captadas por las imágenes, humor y la universalidad de la estética.

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Fuente Telam