El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Steve Scalise, retiró hoy, por falta de apoyo, su postulación para presidir el cuerpo luego de la reciente destitución de su correligionario Kevin McCarthy.
“Simplemente informo que retiro mi nombre como candidato a presidente”, dijo Scalise, publicó el diario estadounidense The Hill.
“Este país cuenta con nosotros para volver a unirnos; esta Cámara de Representantes necesita un presidente y necesitamos abrir la cámara de nuevo”, agregó.
El legislador subrayó que “todavía queda trabajo por hacer”, porque “algunas personas tienen sus propias agendas” y ello impide destrabar la situación que mantiene paralizada a la cámara baja.
Scalise fue, por estrecho margen, el candidato más apoyado en una votación interna del bloque del Partido Republicano, pero quedó lejos de obtener los 217 votos indispensables para ser elegido presidente de la cámara.
Paralelamente, a medida que avanzó la jornada, un número cada vez mayor de republicanos se mostró reacio a impulsar su candidatura.
Antes de la votación, Scalise se reunió a puerta cerrada con sus correligionarios por más de dos horas y allí exhortó a quienes lo resistían a que explicaran el motivo de la oposición.
Varios republicanos describieron ese encuentro como “una sesión de catarsis” que no resultó productiva, según la agencia de noticias Europa Press.
El 3 de este mes, por primera vez desde que existe hace más de 230 años, la Cámara de Representantes destituyó a su presidente, Kevin McCarthy, por iniciativa del ala dura de su propio partido, enfrentada al sector conservador tradicional.
La cámara quedó interinamente a cargo del también republicano Patrick McHenry, pero la legislación establece que en un caso como este, el presidente transitorio solo está facultado a resolver cuestiones administrativas, mientras el cuerpo está impedido de debatir y votar proyectos legislativos.
De ese modo, la cámara quedó prácticamente paralizada y, entre otras cosas, no puede por ahora votar una nueva ayuda para Israel, uno de los principales aliados del país, en medio de la guerra desatada por el sorpresivo ataque del movimiento islamista Hamas.
También está en juego una nueva partida de fondos para Ucrania para ayuda en la guerra con Rusia que llevan semanas debatiendo.
El presidente de la cámara baja, además, es el segundo en la línea de sucesión presidencial, precedido únicamente por la vicepresidenta, Kamala Harris.