El piloto de Lessons in Chemistry culmina con el cartelón de dificultades técnicas propio de una transmisión televisiva en blanco y negro. Para sorpresa de millones de televidentes, a la exitosa cocinera televisiva, y no menos brillante científica, se le ha quemado una carne al horno. El experimento no resultó como lo mandaba la fórmula y es por ello que la conductora se las ingenia para brindar uno de esos mensajes que traspasa la pantalla. “A veces, muchas veces las cosas se vuelven complicadas”, dice la protagonista con un amplio curriculum en tragedias. El próximo viernes 13, Apple TV + estrenará los dos primeros episodios -sobre un total de ocho- de esta miniserie basada en un exitoso libro de Bonnie Garnus sobre la historia de una heroína hecha entre ollas, pañales y tubos de ensayo.
Lessons in Chemistry explora los avatares de una mujer que rompe con los mandatos impuestos para una mujer de los sixties. Elizabeth Zott (Brie Larson), entonces, viene a ocupar en las series el sitio que dejaron vacío Mrs. Maisel y Peggy Olson. No será el showbizz como para la primera, ni las oficinas de Mad Men, sino en un laboratorio de investigación y, posteriormente, los estudios de tevé. ¿Cómo es que una científica fascinada por la composición de las bacterias, y con todo como para revolucionar la abiogénesis, acaba como una portavoz para las amas de casa? “Discriminación sexual, política, favoritismo, e injusticia general”, explica esta mujer en la que parecen convivir Doña Petrona, Gloria Steinem y Marie Curie, entre otras.
El drama pivota entre dos grandes líneas narrativas. Por un lado, está el pasado de Zott en el centro Hastings, el devenir del romance con un colega, Calvin Evans (Lewis Pullman), y una hija que no estaba en sus planes. “En el papel ninguno de los dos son los personajes más cálidos y queribles que uno puede imaginar”, asegura la directora Sarah Adina Smith en charla con Pagina/12. La segunda tiene que ver con su presente como madre soltera y estrella de la tevé que rompe con los corsets sociales y lo esperable para un programa como el suyo. Supper at Six será generoso en recetas y también en estiletazos sobre el rol de la mujer. Ambiciosa desde lo temático, Lessons in Chemistry no solo repone los avatares en la vida de su protagonista, sino que refiere a la desigualdad de género y, por extensión, al movimiento de derechos civiles de los afroamericanos. “Es una mujer en un mundo donde mandan los hombres blancos de mediana edad, tanto en la ciencia como en la televisión; queríamos que cada episodio cubriera un ángulo de la historia”, explica su showrunner Lee Eisenberg.
Amén de su elegante reconstrucción de época, los responsables apuntan que hay una yuxtaposición entre esta científica reservada y como se mueve por un set rosado que hasta sería mucho para Barbie. “El programa es una fantasía que los hombres tienen de lo que es una cocina”, dicen sus hacedores entre los que aparecen la escritora de la novela y la propia Larson como productoras ejecutivas. Presumiblemente para la actriz de Capitana Marvel, este rol sirve para propósitos que van más allá de la miniserie en sí. “Una sonrisita de vez en cuando no viene mal”, le exigen a Zott y la intérprete parece disfrutar de soltar una viperina cara de traste. Lessons In Chemistry, entonces, es más que un suculenta minisiere sobre cómo preparar lasaña, feminismo, duelo y bacterias. Como dice su alterego en cada emisión: “Chicos, siéntense en la mesa, mamá necesita un momento para ella misma”.