En la fila del supermercado escuché una conversación casual entre dos personas que parecían haber sido compañeros de la secundaria. Conversaban sobre sus familias, y uno le contaba al otro que tenía dos hijos varones, y también una nena: “Pobrecita, ella es linda, pero gordita”. Lo decía con vergüenza.

Me quedó retumbando el comentario. Me quedé pensando en este padre, y en como seguramente le estaría contagiando a su hija el sentimiento de culpa, de vergüenza, de estar en falta.

Sentir vergüenza es un estado que te bloquea, te anula, te hace querer desaparecer. Y es tan recurrente esta emoción para muchas personas, que en la última película de Disney y Pixar, IntensaMente 2, la vergüenza es uno de los personajes y -casualidad o no- también tiene exceso de peso.

“Pobrecita, ella es gordita”

Como la charla se daba en un supermercado fué fácil observar lo que este padre se estaba llevando a su casa. Montones de galletitas y paquetes de comida lista.

La comida chatarra y los alimentos ultraprocesados están diseñados para ser altamente adictivos y atractivos, y a menudo se utilizan como un mecanismo de escape o consuelo para manejar las emociones desagradables. La industria alimentaria invierte millones en marketing y publicidad para crear un deseo irresistible por estos productos, que suelen ser ricos en azúcares, grasas y sal.

El problema es que esta dependencia de la comida chatarra puede llevar a un ciclo vicioso de consumo excesivo, culpa, arrepentimiento y vergüenza, lo que a su vez puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Es importante ser conscientes de estos patrones y buscar formas saludables de manejar las emociones y encontrar consuelo.

¿Para qué sirve la vergüenza?

La vergüenza es una emoción compleja que puede ser una barrera significativa para que alguien con obesidad busque tratamiento. La vergüenza puede generar sentimientos de:

  • Evitación de la atención médica
  • Dificultad para hablar sobre el problema
  • Sentimiento de fracaso personal
  • Creencia de que la obesidad es un reflejo de su valor como persona

Aunque la emoción de la vergüenza puede parecer negativa, también tiene algunas funciones importantes. Algunas de ellas son:

  • Autoconciencia: La vergüenza puede hacer que nos detengamos a reflexionar sobre nuestros actos y sus consecuencias, fomentando la autoconciencia y el crecimiento personal.
  • Aprendizaje: La vergüenza puede ser una oportunidad para aprender de nuestros errores y mejorar nuestro comportamiento en el futuro.
  • Empatía: La vergüenza puede ayudarnos a entender y compartir los sentimientos de los demás, fomentando la empatía y la compasión.

Sin embargo, es importante destacar que la vergüenza excesiva o injustificada puede ser perjudicial para nuestra salud mental y emocional. Es importante encontrar un equilibrio saludable entre la vergüenza y la autoaceptación.

Aquí te presento algunas sugerencias para tratar el sentimiento de vergüenza si estás buscando adelgazar:

  • Reconocé y aceptá que es normal sentir vergüenza. Evita negar o reprimir tus emociones.
  • Abordá la vergüenza de manera compasiva: tratate con amabilidad y comprensión. Recordá que la obesidad es una condición médica y no un reflejo de tu valor como persona.
  • Encontrá un profesional de la salud que ofrezca un espacio seguro y sin juicios, que pueda enseñarte sobre la obesidad, sus causas y sus efectos. La información puede ayudarte a entender que no sos solo vos quien atraviesa este problema.
  • Buscá apoyo de amigos, familiares o personas valiosas para vos.
  • Enfocate en la salud y el bienestar, en lugar de la apariencia física.
  • Celebrá tus logros y progresos, sin importar cuán pequeños sean.

Por último, recordemos que superar la vergüenza y buscar tratamiento es un acto de valentía y un paso importante hacia una vida más saludable.

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