Los negociadores de la Unión Europea (UE) alcanzaron este viernes un acuerdo sobre una legislación inédita a nivel mundial para regular el uso de la inteligencia artificial (IA), anunció el comisario europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, responsable por temas digitales. Este acuerdo permite o prohíbe el uso de la tecnología en función del riesgo que suponga para las personas y busca darle un impulso a la industria europea frente a los gigantes como China y Estados Unidos

“¡Histórico!”, expresó Breton en la red X (antes Twitter), después de tres días de negociaciones entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo. “Con el acuerdo político la UE se torna en el primer continente en determinar reglas claras para el uso de la inteligencia artificial“, añadió. El acuerdo llegó tras 36 horas de negociaciones y aún lo tendrán que ratificar el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, la institución que representa a los Gobiernos europeos.

La legislación sobre inteligencia artificial “es mucho más que apenas un conjunto de reglas: es una plataforma para que las empresas y los investigadores de la UE se pongan al frente de la carrera por una IA que sea confiable“, acotó.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) aplaudió en redes sociales el acuerdo alcanzado. La legislación es “un cuadro legal único para el desarrollo de una IA en que podamos confiar”, señaló la funcionaria alemana.

Representantes de los países del bloque y del Parlamento Europeo mantuvieron agotadoras jornadas de negociaciones para definir el ambicioso proyecto de legislación.

La más reciente ronda de conversaciones arrancó el miércoles, pero después de 22 horas de negociaciones las partes decidieron retomar las reuniones en la mañana de este viernes.

La iniciativa había sido lanzada en 2021 por la Comisión Europea, con el objetivo de bloquear el uso indebido de la inteligencia artificial y al mismo tiempo impulsar la innovación en el sector. Sin embargo, las discusiones fueron sorprendidas por la explosiva aparición en escena del programa ChatGPT, a fines de 2022.

La capacidad de ese dispositivo de producir disertaciones o poemas en apenas segundos hizo encenderse las luces de alarma por el uso indebido de la tecnología.

Este proyecto de legislación aún deberá ser aprobada en el Parlamento Europeo y en los países del bloque, aunque el acuerdo sellado el viernes representa un importante paso adelante para la UE.

El corazón del proyecto es un conjunto de reglas a imponer a sistemas considerados de alto riesgo, como aquellos utilizados en infraestructura esencial o educación.

Estos sistemas estarían sujetos a una serie de obligaciones fundamentales, como garantizar el control humano sobre los procesos, el establecimiento de documentación técnica o hasta la implementación de un sistema de gestión de riesgos.

La legislación también prevé una supervisión específica de los sistemas de IA que interactúan con los humanos, a los que se le obligará informar a cada usuario cuando esté en contacto con una máquina.

El pacto se alcanzó tras tres días de intensas negociaciones en las que uno de los puntos sensibles ha sido el uso que las fuerzas del orden podrán hacer de las cámaras de de identificación biométrica para garantizar la seguridad nacional y prevenir delitos como el terrorismo o la protección de infraestructuras.

La norma prohíbe las cámaras de reconocimiento facial en espacios públicos, pero los gobiernos han presionado para permitirlas en casos concretos, siempre con previa autorización judicial.

El Parlamento Europeo, en cambio, llegó a las negociaciones con una clara intención de prohibir estas cámaras de inteligencia artificial, aunque el ponente de la ley, el socialdemócrata Brando Benifei, abrió a la puerta el pasado miércoles a permitir algunas excepciones si van acompañadas de fuertes salvaguardas para los derechos humanos.

El otro gran asunto que ha centrado las negociaciones es la regulación de los modelos fundacionales de inteligencia artificial, los sistemas en los que se basan programas con ChatGPT, de la empresa OpeanAI, o Bard, de Google.

Inicialmente, la ley no estaba pensada para regular este tipo de sistemas, porque aún no se habían popularizado cuando Bruselas propuso la ley en abril de 2021, pero las instituciones comunitarias han visto la necesidad de legislarlos desde el estallido de ChatGPT el año pasado.

Las negociaciones fueron “apasionadas”, ya que el objetivo de la ley es regular el uso de una tecnología con grandes posibilidades para la sociedad, que al mismo tiempo genera dudas y algunas preguntas que los desarrolladores de la inteligencia artificial aún no saben responder, según fuentes conocedoras de los debates.

La presidencia española del Consejo la UE ha logrado uno de sus principales objetivos en este semestre con el pacto de esta norma pionera en el mundo. 



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