El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió este jueves alertó que la situación en la Franja de Gaza pasó de ser catastrófica a estar casi colapsada, mientras que el Ejército israelí destruyó el principal cuartel militar de Hamas en Jan Yunis y la Universidad Al-Israa de la ciudad de Gaza.
El director ejecutivo de Unicef, Ted Chaiban, que estuvo tres días en la Franja entrevistándose con algunos de los residentes, aseguró que las familias y los niños están sufriendo algunas de las condiciones más horribles nunca vistas. “Desde mi última visita, la situación pasó de catastrófica a casi colapsada. Unicef describió la Franja de Gaza como el lugar más peligroso del mundo para ser niño. De las casi 25.000 personas que, según los informes, murieron en la Franja de Gaza desde la escalada de las hostilidades, el 70% son mujeres y niños”, lamentó en un comunicado.
Chaiban indicó que hay más de 1,9 millones de desplazados, lo que casi equivale al 85% de la población de Gaza y explicó que muchos intentan encontrar algún refugio en la ciudad sureña de Rafah, fronteriza con Egipto. “Es difícil comprender la enorme masa de civiles en la frontera y las condiciones inhumanas en las que viven. El agua es escasa y el saneamiento deficiente es inevitable”, aseguró.
Según cifras compartidas por la organización, en los últimos dos meses los casos de diarrea aumentaron un 40% respecto a antes del inicio de la guerra. No obstante, a mediados de diciembre se alcanzó un incremento del 4.000%, con 71.000 casos registrados entre niños menores de cinco años.
De acuerdo al último balance del ministerio de Sanidad gazatí, la cifra total de muertos subió a 24.620 y a más de 61.830 los heridos, en el marco de la campaña de bombardeos de Israel contra la Franja, en represalia por el ataque terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre que mató a alrededor de 1.200 personas y tomó 240 rehenes, entre ellos una veintena de argentinos.
La intensificación de los ataques
Mientras tanto en el frente de batalla, el Ejército israelí redobló su ofensiva en Jan Yunis, donde destruyó el principal cuartel militar de Hamas en la zona, según un comunicado castrense. Allí los soldados localizaron numerosas armas y documentos de inteligencia, incluyendo decenas de granadas de mano, AK-47, municiones, equipos de excavación, lanzadores, misiles RPG, explosivos y documentos de gestión de combate. “El complejo del batallón incluía un área de entrenamiento para la guerra tanto abierta como urbana, junto con oficinas operativas utilizadas por los terroristas de Hamas”, agregó la nota.
Pese a que Israel anunció ya hace días que pudo desmantelar casi por completo la estructura militar de Hamas en el norte de la Franja, los combates con milicianos palestinos siguen en aquella zona, la más devastada materialmente tras meses de guerra. “Tras la finalización de la operación en el norte, las principales infraestructuras con capacidad militar de Hamas fueron desmanteladas, pero aún hay focos de resistencia y combates”, señaló el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Las tropas israelíes también hicieron explotar el principal edificio de la Universidad Al-Israa de la ciudad de Gaza, que quedó destruido, informó la agencia oficial de noticias palestina WAFA. La institución denunció en un comunicado que los soldados saquearon el museo nacional que tenía el inmueble, donde había una exposición que incluía unos 3.000 artefactos raros.
Desde el inicio de la guerra, unas 95 escuelas e inmuebles universitarios de Gaza quedaron totalmente destruidos, mientras que otras 295 parcialmente, según datos de la Oficina de Comunicación gubernamental gazatí. Todo ello es un golpe letal para el sector académico de Gaza y la
capacidad de su población para el estudio universitario tras el fin del
conflicto, según críticos y grupos de derechos humanos.
Los rehenes liberados
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, se reunió con algunos de los rehenes israelíes liberados en la Franja de Gaza y pidió al grupo islamista palestino Hamas la liberación del resto de los secuestrados, así como una investigación y enjuiciamiento de los responsables de delitos sexuales cometidos durante el ataque del 7 de octubre. Así lo informó el Foro de Familias de Rehenes en un comunicado en el que precisó que el encuentro se produjo en Suiza, en una reunión al margen del Foro Económico Mundial de Davos, según recogió el diario The Times of Israel.
En la reunión, el diplomático portugués sacó de su bolsillo una placa de identificación que pide la liberación de los rehenes y dijo: “La placa de identificación está en el bolsillo derecho de mi abrigo, donde normalmente está mi mano, y la llevo conmigo a todas partes para recordar a los rehenes en todo momento”.
Los rehenes liberados también se reunieron en Davos con un nutrido grupo de ejecutivos y empresarios de todo el mundo, a los que contaron sus historias. “La mayoría de las personas con las que estuve en los túneles siguen retenidas bajo tierra, y están aterrorizadas y heridas (…) no hay suficiente aire para respirar, ni comida, ni higiene básica. El cuerpo está tan débil que cualquier enfermedad puede matarte”, relató Nili Margalit, una de las civiles secuestradas, a los empresarios.
Otra de ellas, Stela Yanai, contó que cuando la secuestraron perdió todo. “Perdí el control sobre mi vida, mi libertad, mi identidad, mi yo… Me liberaron, pero prometí a los amigos que dejé en cautiverio que haría todo lo posible por traerlos de vuelta”, expresó la mujer.
De los 240 secuestrados en Israel, 132 siguen cautivos en Gaza y se considera que 25 de ellos murieron, sin que se haya restituido hasta el momento sus cadáveres, según las autoridades israelíes. Un centenar de rehenes fueron liberados durante una tregua humanitaria a fines de noviembre a cambio de la liberación de presos palestinos en Israel, acuerdo que fue negociado por Qatar.