El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) se reunirá este martes y el miércoles en Washington para evaluar los distintos indicadores económicos y decidir si vuelve a incrementar el costo del dinero.
La FED decidirá el miércoles si sube la tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos o si la mantiene el actual rango de entre 5,25% y 5,5%, en momentos en que la economía del país norteamericano muestra signos de un recalentamiento, con un mercado laboral muy activo y en el que la inflación sigue por encima de la meta fijada por el organismo monetario.
La semana pasada la FED advirtió por diversos riesgos en la economía de Estados Unidos, incluyendo “la persistencia de la inflación, posibles pérdidas en el mercado inmobiliario y presiones de financiamiento en algunos bancos”.
Esto se da luego de haber atravesado una aguda crisis en marzo pasado, tras una fractura en la solidez de varios bancos regionales y en medio de datos de crecimiento y del mercado laboral que llevaron a muchos analistas a descartar la posibilidad de una recesión.
La caída de Signature Bank y Silicon Valley Bank, entre otros, obligó a las autoridades federales a rescatar los depósitos de sus clientes.
En su Reporte de Estabilidad Financiera, la FED sostuvo que “un pequeño grupo de bancos continúa enfrentando presiones en el financiamiento, reflejando preocupaciones por depósitos sin asegurar y otros factores”.
El documento reflejó también las vulnerabilidades de la economía, en especial, la persistencia de las presiones inflacionarias.
Para los analistas, si la inflación se mantiene elevada, el organismo podría aplicar una política monetaria más restrictiva y, como consecuencia de ello, se encarecería el crédito y surgirían impagos en la cadena comercial y en el mercado inmobiliario.
Desde marzo de 2022 en adelante, la FED subió en once oportunidades la tasa de interés, llevándola desde un rango de entre 0% y 0,25% hasta el 5,25% y 5,50% actual.
La mayoría de los analistas e inversores de Wall Street estiman que el organismo mantendrá las tasas en el rango de 5,25% y 5,5%.
Esto sucede en un contexto en el que el consumo continúa sostenido por los gastos de los hogares en base al crédito, las ventas minoristas no muestran signos de retracción y los pedidos de fábrica están en niveles elevados.
Un indicador que refleja esto es que el PBI de los Estados Unidos creció 4,9% durante el último trimestre, lo que pone de manifiesto que la economía marcha a un ritmo vertiginoso, a pesar de los niveles de tasa de interés.