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La premio Nobel de la Paz 2023, la activista iraní Narges Mohammadi, inició este lunes una huelga de hambre en prisión para protestar contra la falta de atención médica para los presos y en rechazo al velo obligatorio para las mujeres, anunció su familia.

“Narges Mohammadi informó a su familia que inició una huelga de hambre hace varias horas. Nos preocupa su estado y su salud”, indicó una declaración difundida por sus parientes.

Mohammadi, de 51 años, está detenida desde 2021 en la prisión de Evin en Teherán, la capital iraní, e inició su huelga en protesta por la política del Gobierno de Irán de retrasar y descuidar la atención médica de los reclusos enfermos, lo que resulta en la pérdida de la salud y de las vidas de las personas, según dice el comunicado.

Además, su lucha es contra la “política de ‘muerte o hijab obligatorio’ para las mujeres iraníes”, apunta el texto.

La activista iraní por los derechos humanos, contra la pena de muerte y por los derechos de las mujeres ya había sido enviada a prisión y condenada en ocasiones previas.

El jueves, su familia denunció que las autoridades penitenciarias rechazaban trasladar al hospital a la también periodista, cuyo estado de salud es frágil, por no querer cubrirse la cabeza con el velo islámico de uso obligatorio.

Sus familiares alertaron que, según un electrocardiograma realizado en prisión, necesitaba una hospitalización urgente, informó la agencia de noticias AFP.

“La República Islámica es responsable de todo lo que le pueda ocurrir a nuestra querida Narges”, indica la declaración.

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A Mohammadi se le concedió en octubre el Nobel de la Paz por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán.

Narges Mohammadi es también vicepresidenta del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, dirigido por la también premio Nobel Shirin Ebadi.

La mujer recibió el galardón luego de un año en el que la lucha de las mujeres iraníes tomó relevancia a nivel mundial, ya que la República Islámica fue escenario de una ola inédita de protestas desatadas por la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini.

La joven de 22 años había sido detenida por supuestamente vulnerar el estricto código de vestimenta que rige en el país para las mujeres.

En octubre, Armita Garavand, de 16 años, falleció por heridas en la cabeza, luego de que la Policía de la Moral, el organismo que vigila el cumplimiento de las pautas de vestimenta, la detuviera en el metro de Teherán por supuestamente no llevar colocado el hijab cubriéndole el pelo.

Activistas y organizaciones internacionales defensoras de derechos humanos han pedido desde entonces el inicio de una investigación internacional para aclarar las circunstancias de la muerte de la joven.





Fuente Telam