La cifra de inmigrantes ilegales que entró en España en 2023 se disparó un 82,1% respecto a 2022 debido a la afluencia sin precedentes registrada en las islas Canarias, según cifras publicadas por el Ministerio de Interior español.
En total, 56.852 inmigrantes irregulares llegaron a España en 2023, 25.633 más que el año anterior, pero por debajo de los 64.298 de 2018.
España es una de las tres grandes puertas de entrada europeas para la inmigración, junto a Italia y Grecia.
El salto del año pasado se debió principalmente a un récord de llegadas a las islas Canarias, que vivió su mayor crisis migratoria.
Así, un total de 39.910 inmigrantes desembarcaron en 2023 en estas islas del océano Atlántico situadas frente a la costa noroeste de África, un 154,5% más que en 2022.
Según la agencia europea de la guardia de fronteras y costas Frontex, los inmigrantes que llegan a las islas Canarias proceden sobre todo de Marruecos y Senegal.
La ruta migratoria hacia el archipiélago canario, que ha cobrado popularidad en los últimos años por el endurecimiento de los controles en el mar Mediterráneo, es extremadamente peligrosa.
De acuerdo a la ONG Caminando Fronteras, que recibe llamadas de socorro en alta mar de los emigrantes o de sus familias, más de 7.800 emigrantes murieron entre 2018 y 2022 intentando alcanzar el archipiélago desde las costas africanas, informó la agencia de noticias AFP.
En cuanto a las llegadas a España por el Mediterráneo, desde Marruecos o Argelia, aumentaron un 19,1% en relación con 2022, hasta las 15.435 personas.
Por el contrario, los inmigrantes irregulares llegados a los enclaves norafricanos españoles de Ceuta y Melilla fueron 1.234, un 46% menos que en 2022.
Estas ciudades rodeadas de territorio marroquí constituyen las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África.
Esta caída, iniciada en 2022, coincide con la normalización de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos, socio clave de Madrid en la lucha contra la inmigración ilegal.
En este contexto, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, celebró el acuerdo alcanzado por los Estados miembros de la Unión Europea (UE) a finales de diciembre para revisar el sistema europeo de migración y asilo, que calificó de “fundamental” para España.
Según Frontex, el número de inmigrantes ilegales que llegaron a España sigue siendo casi tres veces inferior al de Italia, principal puerta de entrada a la UE.
Tras conocerse estos datos, fuentes del Ministerio de Interior recordaron que solo en dos meses, entre el 18 de octubre y el 18 diciembre de 2023, el despliegue de la Guardia Civil en Senegal, en colaboración de las fuerzas de seguridad senegalesas, interceptó en ese país y Gambia a más de 7.200 personas y 59 embarcaciones en dirección a Canarias, lo que supone que “casi un 50% de la presión migratoria de salida de estos dos países se ha frenado en origen”.
Desde el Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska defienden que la migración “es un fenómeno de enorme complejidad en el que influyen numerosos factores” y destacan que la presión migratoria “seguirá existiendo” en todas las fronteras exteriores de la UE, como se observa también en Italia, en Grecia o en Chipre, informó la agencia de noticias Europa Press.
La inestabilidad política y social en muchas zonas de África, el incremento exponencial de la población y la falta de recursos son elementos estructurales que, según apunta Interior, “no se solucionan de un día para otro”.
Para hacer frente a esta situación, recalca que España impulsa desde hace cinco años una política migratoria basada en la cooperación bilateral con los países de origen y tránsito de la migración en la lucha contra las mafias que trafican con personas, una acción que, según asegura el Ministerio, “está funcionando y evita en origen el 40% de las salidas irregulares”.
Asimismo, el Ministerio puso en valor el reciente Pacto Migratorio europeo firmado bajo la presidencia española de la Unión Europea, que “construye una mejor Europa, más fuerte y solidaria”, que da instrumentos a la UE para favorecer una migración segura, ordenada y regular.
El pacto incorpora, explícitamente y por primera vez, fórmulas obligatorias de solidaridad con los Estados de primera entrada de la migración, como España, los más afectados por la presión migratoria en las fronteras exteriores de la UE.