La inflación en noviembre fue de 12,8 por ciento respecto al mes anterior, según informó el Indec este miércoles. Si bien es la última cifra adjudicable al gobierno de Alberto Fernández, desde mediados de mes se sintió el impacto de fuertes remarcaciones de precios asociadas al cambio en la gestión luego del balotaje del 19 de noviembre. La inflación en el último año es de 160,9 por ciento, la más alta desde la hiperinflación de 1990.

En noviembre, la inflación trepó 4,5 puntos respecto del dato de octubre, empujada en primer lugar por la dinámica de alimentos y bebidas, especialmente en la última semana del mes.

A partir de los datos que difunde el organismo oficial se observa que Salud (15,9 por ciento), Alimentos y bebidas no alcohólicas (15,7 por ciento), Comunicación (15,2 por ciento) y Recreación y cultura (13,2 por ciento) fueron las divisiones del Índice General de Precios (IPC) que aumentaron por encima del promedio general. Toda una radiografía de la concentración que prevalece en determinados sectores económicos.

Una por una

En el caso de Salud, se registraron aumentos mayores en medicamentos (21,5 por ciento promedio) que en medicina prepaga (11 por ciento), ésta última aún bajo regulación, la cual pareciera que desaparecerá con el gobierno de Milei.

En Alimentos y bebidas no alcohólicas, las mayores subas se dieron en aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos, que en promedio aumentaron 42,6 por ciento según Indec, seguidas de las subas en frutas, del 23,3 por ciento promedio, y verduras, tubérculos y legumbres, con el 16,5 por ciento.

Las subas puntuales relevadas son realmente llamativas: gaseosa base cola 57,5 por ciento mensual; fideos seco tipo guiseros 47,1 por ciento; tomate redondo, banana y limón, 35 por ciento; arroz blanco simple 29,3 por ciento y harina de trigo común, 19,9 por ciento. Son incrementos previos a la devaluación oficial que se inauguró este miércoles.

En las restantes divisiones del IPC se registraron las siguientes subas: equipamiento y mantenimiento del hogar, 12,4 por ciento; restaurantes y hoteles, 12 por ciento; bebidas alcohólicas y tabaco, 11,8 por ciento; bienes y servicios varios, 11,5 por ciento; transporte, 10,4 por ciento; prendas de vestir y calzado, 10 por ciento; educación, 8,3 por ciento y vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles, 7,1 por ciento.

La inflación general acumulada en los primeros 11 meses del año fue de 148,2 por ciento, mientras en el último año la suba de precios alcanzó el 160,9 por ciento. Con respecto a diciembre pasado, los alimentos y bebidas acumulan una suba del 183,6 por ciento, mientras que restaurantes y hoteles registran un aumento total del 181,3 por ciento.

En el caso de recreación y cultura, el avance interanual es del 176,9 por ciento, mientras que en equipamiento y mantenimiento del hogar y salud, del 168 y 161 por ciento, respectivamente. Por debajo del promedio general se ubican las categorías de comunicaciones (156,2 por ciento), bebidas alcohólicas y tabaco (149,5 por ciento), prendas de vestir y calzado (139,1), educación (136,4), transporte (131,2) y vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (128 por ciento).

De acuerdo al último informe de la UMET, “la aceleración de la inflación del mes pasado se produjo mayormente tras el ballotage del 19 de noviembre. La perspectiva de devaluación sumada a la desregulación de precios – tras las primeras medidas del nuevo gobierno- viene generando desde entonces intensas subas de precios, que dejan un fuerte arrastre para diciembre. Con total seguridad, 2023 será por lejos el año de mayor inflación desde la híper de 1990”.



Fuente-Página/12