Si está preocupado por desarrollar demencia a futuro, es natural preguntarse si existe la forma de prevenirlo.
Los expertos estiman que el 40% de los casos de demencia pueden ser prevenidos o retrasados con ciertos factores modificables, tales como priorizar el ejercicio y el sueño y abordar las condiciones de salud, tales como prestar atención a las subidas y bajadas de presión arterial.
Pero además, una cantidad creciente de evidencias sugiere que la dieta puede desempeñar un rol en la prevención de la demencia, dijo Puja Agarwall, investigadora de la salud nutricional del UMC, de la Universidad de Chicago.
El trabajo de Agarwal se focalizó en evaluar cómo la Dieta MIND (por sus siglas en inglés, Mediterranean-DASH- Intervention for Neurodegenerative Delay) que destaca ciertos alimentos que protegen al cerebro, podrían influir en la disminución de riesgos de demencia.
¿Qué es la Dieta MIND?
La dieta MIND fue descripta por primera vez en un estudio de 2015 realizado por Martha Clare Morris, investigadora de la salud nutricional de la Rush University, quien falleció en 2020.
Morris y sus colegas notaron que en los estudios de investigación, la gente que siguió la dieta DASH y la dieta Mediterránea- que priorizan las frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas “buenas”- tendieron a mostrar mejor desenvolvimiento cognitivo que aquellos que no.
A su vez, observaron que alimentos específicos, como las verduras de hoja verde, los frutos rojos, las nueces y los granos enteros se asociaron con mejor salud cerebral.
Utilizando estos descubrimientos, Morris y su equipo idearon la dieta MIND. Así como la DASH y la dieta mediterránea, enfatiza en los granos enteros, verduras, nueces, arvejas, grasas buenas y fuentes de proteínas magras como aves de corral y pescado, y sugiere limitar la carne roja y procesada, quesos, dulces, frituras y manteca, como también la margarina.
La dieta MIND es única, como fuere, en cuanto a que requiere de al menos seis porciones de verduras de hoja verde y dos porciones de frutos del bosque semanales.
¿La dieta MIND beneficia la salud del cerebro?
En varios estudios rastrearon los patrones de alimentación de los adultos a lo largo de varios años y los investigadores encontraron que aquellos que se adhieren de forma más estricta a la dieta MIND tienden a tener un declive cognitivo más lento, riesgos reducidos de tener demencia y menos signos de enfermedad de Alzheimer en su cerebro que aquellos que no lo hacen.
Dichos resultados fueron “prometedores”, dijo Debora Melo van Lent, profesora asistente de ciencias de salud poblacional en la University of Texas Health Science Center de San Antonio. Pero estos estudios no pueden probar que la dieta MIND en sí, lleva a una mejor salud cerebral. Para eso, dijo van Lent, se necesitaba un ensayo clínico.
El primer ensayo clínico de la dieta MIND fue publicado en The New England Journal of Medicine en agosto. En los tres años de estudio, los investigadores instruyeron a la mitad de los 604 participantes, de base etaria de 65 años en adelante- a seguir la dieta MIND y la otra mitad siguieron sus dietas típicas. A su vez, se aconsejó a los participantes que redujeran las calorías con el fin de perder peso.
Los resultados fueron decepcionantes, dijo Dr. Hussein Yassine, profesor asociado de neurología de la Facultad de Keck en la Universidad de California del Sur. Los dos grupos tuvieron mejoras similares en las evaluaciones cognitivas, y los escaneos cerebrales no encontraron mayores diferencias asociadas con un declive cognitivo.
Agarwal, quien fue una de los autores del estudio, dijo que esto puede haber sido el resultado del diseño del estudio y estar fuera del control de los investigadores. El grupo que siguió su dieta típica, por ejemplo, terminó consumiendo varios componentes de la dieta MIND, y cada grupo perdió peso, lo cual puede haber contribuido a mejoras similares en la función cognitiva.
Los patrones de alimentación son complejos y desafiantes en cuanto a su control. Dijo Agarwal, y observó que, “no es tan blanco y negro como un ensayo sobre drogas”.
Aun asi, dijo Yassine, mientras allí había algunos temas con los diseños del ensayo, la dieta MIND puede beneficiar la salud del cerebro, particularmente si se sigue durante varias décadas, aunque agregó que serán necesarios ensayos mejor diseñados para lograr probarlo.
Entonces, ¿vale la pena seguir la dieta MIND?
Infinidad de evidencia existente apoya la idea de que una dieta saludable- rica en verduras y grasas buenas, con limitación en el agregado de azúcares, comidas procesadas y carnes- puede proteger el cerebro. Yassine dijo, incluso si aún no se sabe si la dieta MIND puede prevenir la demencia.
Un ensayo clínico de 2013, por ejemplo, mostró que la dieta mediterránea mejoró la cognición, dijo Melo van Lent. Y como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares son mayores factores de riesgo para la demencia, adhirió, cualquier patrón de dieta que reduzca aquellos riesgos seguramente beneficie al cerebro.
Si querés comer en una forma que te ponga en sintonía con la dieta MIND, considerá agregar frutos rojos a tu desayuno o vegetales de hoja como la espinaca o el kale a tu almuerzo varias veces por semana, y priorizá las comidas a base de plantas que incorporan legumbres y frutos secos, dijo Kelli McGrane, dietista registrada y autora de MIND Diet for Beginners (MIND Dieta para Principiantes).
Respecto de los mejores beneficios para el cerebro, generá hábitos de vida saludables de manera temprana en tu vida, “décadas antes que las neuronas del cerebro comiencen a morir”, dijo Yassine.
Más allá de la nutrición, esto significa tener suficiente descanso y ejercicio, evitar fumar, controlar los niveles de estrés, priorizando su salud mental y manteniéndose socialmente activo.
“La dieta tiene un papel central”, dijo Yassine, “pero está integrada en un panorama más amplio”.
Traducción: Patricia Sar