La cumbre del clima de Naciones Unidas (COP28) de Dubái estuvo atravesada por intensas negociaciones, después de que los delegados pasaran toda la jornada del martes buscando cómo arreglar el contenido de un borrador de declaración final que generó numerosas críticas por su lenguaje poco ambicioso respecto al fin del uso de los combustibles fósiles.
La incertidumbre continuaba al vencerse el plazo oficial para cerrar la cita de Dubái, la más numerosa de la historia, con casi 200 países pendientes de entregar la resolución final. El plazo acordado inicialmente para la culminación de la reunión, 11 horas de Dubai, pasó mientras los delegados continuaban reunidos a puerta cerrada con el presidente de la COP28, Sultán al Jaber y su equipo, así como en otros encuentros de grupos negociadores, para ajustar estrategias y analizar propuestas.
De momento, no se ha publicado ningún otro texto de Balance Global, el documento central que se prevé salga de esta reunión. Diversas fuentes negociadoras indicaron que si bien se espera que aparezca un nuevo borrador entrada la madrugada, este textó aún deberá ser revisado por las partes y luego, si la presidencia de la COP28 lo considera apropiado, pasar por el plenario para ver si las 198 partes de la cumbre aceptan la resolución. Aunque tampoco está claro si se optará por convocar la reunión en la mañana del miércoles.
El borrador que generó polemica
La propuesta de “Balance Global” de la COP28 presentada el lunes desató una oleada de críticas al proponer “reducir” progresivamente (“phase-down”) el uso del petróleo, el gas y el carbón, de aquí a 2050, en lugar de “eliminarlo” progresivamente (“phase-out”), como quiere una gran mayoría de países. Los países dependientes de los combustibles fósiles, como Arabia Saudita e Irak, abogan por la opción menos ambiciosa y se oponen a una decisión que hable de la necesidad de “eliminar”, ya que proponen que se puede cumplir con el objetivo de +1,5 ºC sin renunciar totalmente a las fuentes de energía que han sido el motor del crecimiento mundial desde principios del siglo XX.
El texto, considerado como “totalmente inaceptable” por la UE y por otros muchos delegados, como el representante de las islas Marshall, propone además otras medidas, como triplicar la instalación de energías renovables, o eliminar los subsidios a esos combustibles fósiles, pero como un abanico de opciones que los países “podrían” aplicar, a su gusto.
El director general de la COP28, Majid al Suwaidi, afirmó ante la prensa que el borrador de ‘Balance Global’ era “un punto de partida” para saber las líneas rojas de cada país y así poder redactar un nuevo texto más ambicioso y equilibrado. “Cuando lo publicamos, sabíamos que las opiniones estaban polarizadas “, dijo Al Suwaidi y reconoció que el borrador demostró que “las partes tienen opiniones profundamente arraigadas y divididas, especialmente sobre el lenguaje en torno a los combustibles fósiles”.
Por su parte, la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad, indicó que la crisis en las negociaciones de la cumbre se debe a que la presidencia de la reunión, “no calculó que el debate final se centraría sobre los combustibles fósiles”, lo que desató una gran “tensión política. A su juicio, la clave para destrabar la reunión pasa por las opciones para la transición energética de estos países: “El camino es considerar las diferencias y entender que hay que enfrentar la dificultad de esta transición porque hay economías enteras que dependen de la exportación y producción de combustibles”.
COP28 con cambio de gobierno para Argentina
La delegación argentina llegó a la cumbre con nueve negociadores que seguían las instrucciones del gobierno de Alberto Fernández. Con el cambio de presidente, la incertidumbre se imponía sobre la negativa del equipo de La Libertad Avanza de presentar un enviado para la COP28, pero finalmente el viernes por la noche se conoció que Marcia Levaggi, actual embajadora en Senegal, llegaría a Dubái para continuar con las conversaciones climáticas.
Ya ha habido cambios de gobierno en medio de una cumbre, pero no hay precedentes en el país de la llegada al poder de un presidente abiertamente negacionista del cambio climático como lo es Javier Milei.
En relación al nombramiento de Levaggi, los negociadores y periodistas argentinos advirtieron que ella se presentó con un mensaje bastante distinto al de Milei ya que cree en la agenda climática y ha asegurado que la Argentina seguirá respetando el Acuerdo de Paris y sus compromisos climáticos. Por lo que todo indica que se mantendrán posturas similares a nivel internacional, aunque no necesariamente a nivel local, como fue el caso del gobierno de Jair Bolsonaro, que desmanteló la política climática interna del país pero nunca abandonó los tratados.
La exdirectora de Cambio Climático, Florencia Mitchell, había explicado que el país mantiene una posición intermedia reconociendo al gas como instrumento de transición, aumentando progresivamente la ambición climática y producción de renovables. Antes de 2015, el país negociaba dentro del grupo de los LMDC (Like Minded-Group of Developing Countries), un bloque incorporado actualmente a países como Bolivia, India y Arabia Saudita. Pero desde la COP21, la delegación recibió el mandato de salir de este grupo por el gobierno de Mauricio Macri. Más adelante, Argentina se unió al grupo de los ABU, que incluye a Argentina, Brasil y Uruguay y ahora continúa en ese marco.
La ex Secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini, junto a otros cinco e secretarios del sectorenvieron una carta abierta donde advierten que “la política climática de Argentina debe ser una de Estado”. “La continuidad y coherencia en estas políticas es un activo nacional. Incumplirlas nos posicionaría dentro de un minoritario grupo de erráticos países negacionistas, con relevantes consecuencias para el desarrollo nacional”, expresarón.
Promesas para la COP28 de Dubái
La COP28 de Dubái tenía que ser el gran paso adelante, tras el balance del Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático de 2015, realizado en septiembre. El objetivo principal del Acuerdo de París es mantener el aumento de la temperatura mundial en un máximo de +1,5 ºC, idealmente, de aquí a 2050.
A pesar de todas las promesas, el mundo aumenta invariablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero. El objetivo no solamente no está cerca, sino que el mundo incumplió prácticamente todo lo que se había comprometido a lograr desde entonces.
“Esta es la última COP en la que tendremos una oportunidad de ser capaces de mantener 1,5 ºC vivo”, dijo a los ministros el enviado de Estados Unidos, John Kerry.