Un buque de investigación de la marina de Bulgaria entregó en la ciudad de Mar del Plata los restos de un avión hallados durante una reciente expedición en la Antártida, que serán analizados para precisar si pertenecen como se presume al Neptune 2P-103, aeronave de la Armada Argentina que se estrelló en 1976 con diez militares y un periodista a bordo, en la mayor tragedia nacional en ese continente.
Según informó la Armada, el barco Santos Hermanos Cirilo Metodio arribó a la Base Naval marplatense tras finalizar sus actividades científicas en el continente antártico, para efectivizar la entrega del material encontrado semanas atrás en la Isla Livingston.
“Durante un encuentro mantenido a bordo del buque búlgaro, se oficializó la entrega a las autoridades navales argentinas mediante la rúbrica de un acta de recepción del material”, precisó la fuerza.
El acta fue firmada por el comandante rector de la flotilla de la Academia Naval “Nikola Vaptsarov”, Almirante Boyan Mednikarov; el capitán del buque búlgaro, Nikolay Danailov; el comandante del Área Naval Atlántica, Marcelo Paternostro; y el jefe del Arsenal Naval Mar del Plata, Jorge Rajcevic.
Los restos serán trasladados al Arsenal Aeronaval Comandante Espora, en el partido de Bahía Blanca, donde se buscará certificar si pertenecen como se presume a la aeronave argentina, bajo la supervisión de la Jefatura de Mantenimiento y Arsenales de la Armada.
Parte del material fue hallado el último 15 de enero por personal científico del buque búlgaro, mientras desplegaba tareas de investigación en el marco de su campaña anual en la Antártida.
Un grupo de geólogos que realizaban una toma de muestras en el área de Punta Barnard, en la Isla Livingston, la segunda más grande de las islas antárticas Shetland del Sur, reportaron el hallazgo de una serie de restos de un vehículo militar compatibles con un avión, que fueron embarcados en el buque búlgaro.
El 19 de enero, un equipo de alpinistas e investigadores regresó a la zona para tratar de encontrar otros indicios que ayudaran a identificar el origen de las partes halladas, y obtuvieron nuevos elementos.
“Gracias a una inscripción en español encontrada en algunas de las piezas halladas y a la imagen del ‘Sol de Mayo’ típico de los timones de dirección de las aeronaves pertenecientes al componente de la Aviación Naval, se relacionó con la aeronave argentina Neptune 2-P-103″, informó la Armada luego de que las autoridades búlgaras notificaron el hallazgo.
Tras su breve escala en Mar del Plata, el Santos Hermanos Cirilo y Metodio partirá rumbo a Río Grande do Sul, en Brasil, y luego cruzará el Océano Atlántico hacia Bulgaria, con escalas en España e Italia.
La mayor tragedia nacional en el Continente Blanco
El Neptune 2P-103, perteneciente a la Escuadrilla Aeronaval de Exploración de la Armada Argentina, se estrelló el 15 de septiembre de 1976 durante un vuelo de reconocimiento glaciológico en la Antártida.
El avión había despegado ese día por la mañana desde la Base Aeronaval Río Grande, con la misión de realizar un vuelo de reconocimiento sobre el pasaje Drake e islas Shetlands del Sur, en apoyo a las actividades del rompehielos ARA General San Martín, durante la Campaña Antártica 1976-1977.
Su tripulación estaba conformada por el comandante de la aeronave, capitán de corbeta Arnaldo Mutto; los tenientes de navío Miguel Berraz y Romualdo Migliardo; el teniente de corbeta Claudio Cabut; los suboficiales segundos Nelson Villagra, Juan Noto y Remberto Brizuela; el cabo principal Omar Campastri; el cabo primero Benjamín Scesa, y Rodolfo Rivarola, camarógrafo de Canal 13 TV Ushuaia.
Ante la falta de comunicación con el avión, se declaró horas más tarde una alerta y se desplegaron aeronaves de búsqueda y rescate.
El 18 de septiembre se localizó el lugar del impacto en una de las laderas del Monte Barnard de la isla Livingston, y la novedad fue confirmada el 24 por parte de otra aeronave con capacidad para realizar vuelos a baja altura.
En respuesta al accidente, se envió el rompehielos ARA General San Martin con la misión de rescatar a posibles sobrevivientes, y arribó a la zona 4 de octubre.
El helicóptero Alouette embarcado en el buque logró confirmar la presencia de algunos restos entre la montaña y el glaciar, pero no fueron hallados sobrevivientes, por lo que se decidió intentar el rescate de cuerpos y restos de la aeronave durante el verano, para aprovechar condiciones meteorológicas más favorables.
Durante el apoyo a esa tarea, el helicóptero Bell 212 AE-451 del Ejército Argentino experimentó un desmejoramiento repentino de las condiciones meteorológicas, y se precipitó a tierra.
Los tres tripulantes de la aeronave -el teniente primero Mario García, el teniente Alejandro Merani y el sargento mecánico Ricardo Segura- fallecieron en el acto, por lo que se decidió no volver a intentar el rescate de los cuerpos.