Kali Reis no está donde cabría esperar. La ex campeona del mundo de boxeo, que interpreta a una policía muy dura en True Detective, está haciendo una videollamada desde la habitación de su hijastra, una deslumbrante mezcla de papel pintado rosa, tiras de luces LED y posters de los Ositos Cariñosos. La cama individual detrás de ella está repleta de peluches gigantes. Parece el infierno personal de la policía estatal de Alaska Evangeline Navarro, a la que Reis interpreta en el thriller de HBO Max. “Aquí es donde tengo mis delirios personales”, dice riendo.

El cuarto capítulo de la saga True Detective, subtitulado Night Country, es bueno. Muy bueno, de hecho. En el papel de Navarro, Reis aporta una intensidad que eriza el vello, tanto si está acorralando a un malhechor como si se sincera a regañadientes sobre el asesinato sin resolver de su madre. La actriz de 37 años cumple con creces su papel en un reparto de peso, encabezado por la ganadora del Oscar Jodie Foster, tras dos temporadas olvidables protagonizadas por Colin Farrell y Mahershala Ali respectivamente.

Con Night Country, Reis y Foster le devolvieron a la serie la brillantez de la abrasadora primera entrega de Matthew McConaughey y Woody Harrelson, pero de un modo muy diferente. Foster interpreta a Liz Danvers, la cascarrabias jefa de policía de un pequeño pueblo en los límites de la naturaleza salvaje de Alaska. Ella y Navarro deben averiguar cómo y por qué un grupo de científicos polares abandonó su estación y terminó desnudo y congelado hasta la muerte en un revoltijo de cuerpos en el hielo. En la serie de McConaughey y Harrelson ambientada en Luisiana, las mujeres pertenecían a tres categorías: trabajadoras del sexo, “esposas regañonas” o muertas. Night Country le da la vuelta a estos tópicos. “Esta serie no funcionaría con dos enfermeras”, dice Reis. “Tenés dos detectives en un mundo dominado por los hombres que tienen una fluidez de género que podés ver a lo largo de la serie. Tienen esa energía tan masculina que ambas tienen que llevar en esta profesión.”

Este cambio de papeles no tardó en provocar la ira de los “hermanos” misóginos, en palabras de la directora de la serie, Issa Lopez. Recientemente, la directora se pronunció en contra de los “hermanos y pibes fanáticos acérrimos” que bombardearon Night Country en Rotten Tomatoes, publicando valoraciones negativas para sabotear la puntuación de la serie. “Si pudieran sacar sus cabezas del culo de la primera temporada, sería genial”, pide Reis a los críticos. “Issa no intentó reescribir la primera temporada; hay conexiones con la primera temporada, hay un homenaje a la primera temporada, pero no está tratando de duplicarla”.

En una reciente entrevista con The Independent, Christopher Eccleston (que interpreta al amante casado y jefe de Danvers) alabó las escenas de sexo de la serie, que desafían los estereotipos. “En el primer episodio se ve a las dos mujeres detectives que se acercan a los hombres para tener sexo y luego se van. Se muestra a los dos hombres intentando no acabar porque quieren complacer a las mujeres, que son las que mandan absolutamente”, dijo. En la escena que describe Ecclestone, Navarro pone de espaldas a Eddie Qavvik (Joel D Montgrand) y lo monta mientras le agarra la garganta. “¡Me acusaron de que mi personaje era una violadora!”. dice Reis con incredulidad. “Y yo: ¿en qué siglo vivís?”.

Las escenas de sexo son un territorio nuevo para Reis, que en Night Country interpreta su tercer papel como actriz. La recién llegada debutó en la pantalla en Catch the Fair One, el thriller de venganza de Josef Kubota Wladyka de 2021 sobre una boxeadora que se une voluntariamente a una red de tráfico sexual para encontrar a su hermana desaparecida. Era un camino obvio hacia el mundo de la interpretación para Reis, que se había labrado un nombre como boxeadora profesional con un formidable récord de 19 victorias, cinco de ellas por nocaut. Si se busca su nombre en YouTube, es más probable que se encuentren videos de ella apaleando a sus rivales en el ring que una entrevista a un cachorro en BuzzFeed. “Todo era tan nuevo”, cuenta sobre el rodaje de las escenas más íntimas en True Detective, “que me decía: ‘OK, tienen que explicarlo todo, ¿hay lengua ahí?”.

Por supuesto, también hubo algunas escenas de lucha más familiares. En una de ellas, Navarro se enzarza en una pelea autodestructiva con tres borrachos que le dan una paliza (después de recibir unos cuantos golpes ellos mismos). ¿Fue duro para el ego de boxeadora de Reis recibir su primera derrota por nocaut? “Navarro no fue noqueada, sólo derribada”, se apresura a señalar Reis. “Fue un poco duro, sin embargo, pero tomé notas de la gente a la que he noqueado en el ring”.

Hoy, desde su casa de Filadelfia, la ex campeona del mundo se muestra cómoda. Lleva el pelo recogido en una coleta y una camiseta holgada con el lema “Stay Trippy”. Su rostro está salpicado de joyas plateadas en las orejas, las mejillas y el tabique, y sus uñas son puntiagudas garras negras. Es consciente de que, desde fuera, tanto ella como Navarro pueden parecer intimidantes. “Siendo boxeadora profesional, podés darme una pistola y puedo quedarme ahí y parecer mala”, dice. “Lo difícil es ser capaz de atraer al público sin decir una palabra”. A lo largo de la serie, el gélido exterior de la detective se funde en momentos de fragilidad. “Hay muchas formas en las que soy como Navarro y hay muchas formas en las que no lo soy”, dice Reis. Creo que, personalmente, mi fuerza proviene de mi vulnerabilidad. En cuanto Navarro se permite ser vulnerable, es cuando encuentra su verdadera fuerza”.

En 2017, un año después de que Reis ganara el título femenino de peso medio del CMB, su hermano murió de cáncer cerebral. “El boxeo era lo nuestro”, explica. “Después de que falleciera, no quería tener nada que ver con eso”. Como consecuencia, Reis empezó a explorar otras opciones. Siempre había sido creativa, o como ella dice, “un poco Virgo”: “Pedí un violín con nueve años por Navidad”, se ríe. Su madre, que crió sola a Reis y a sus cinco hermanos, siempre la “metía” en obras de teatro, le gustaran o no. Pero, aparte de eso, no pensó mucho en su nueva elección profesional. “Me dije: ‘¿Sabés qué? Actuar me parece cool’. No sé, estaba en mi radar. Pensaba que podría hacer un cameo en un anuncio, ser extra… Quería probar. Sólo quería probar”. Apenas una semana después de que Reis tanteara el terreno, Wladyka se puso en contacto con ella a través de Instagram para hablar de Catch the Fair One. “Y aquí estamos”, dice.

Tanto esa película como Night Country tratan de asesinatos y desapariciones de mujeres indígenas, una causa que apasiona a Reis. La actriz es de ascendencia mixta caboverdiana y nativa americana wampanoag, mientras que Navarro es iñupiat y dominicana. “No soy nativa de Alaska, ni iñupiat, ni inuit, pero hay un grupo colectivo de valores morales que comparten los indígenas”, afirma. “Por eso es muy importante para mí que este tipo de proyecto se haga de la manera correcta. Tuvimos productores nativos de Alaska revisando el guión con lupa. No quiero cometer el viejo error de dar por sentado que conozco una cultura”.

Hablamos el día después de que Lily Gladstone hiciera historia al convertirse en la primera mujer indígena estadounidense nominada al Oscar a la mejor actriz, gracias a su papel en Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese. “Cuando ganó el Globo de Oro (otra primera vez histórica), yo estaba sentada doblando la ropa”, recuerda Reis. “Literalmente, rompí a gritar y a llorar. Es un momento increíble para el talento indígena nativo americano”.

Puede que sólo sea la tercera vez que actúa -también tuvo un pequeño papel en el thriller de Jean-Stéphane Sauvaire Asphalt City-, pero Reis interpreta a Navarro con la seguridad de quien sabe que nació para ese papel. “Es curioso, ahora que lo recuerdo: Llevo toda mi carrera de boxeadora entrenándome para ser actriz”, reflexiona. “Los constantes altibajos; repetición, repetición, repetición; ser capaz de aceptar críticas; pensar con los pies en la tierra”. Compara a los directores con los entrenadores, y compara trabajar con Foster, ganadora de dos Oscar, con entrenar en un “gimnasio lleno de campeones”. “No entro en un gimnasio para ser el perro grande; quiero ser el peor de la sala para mejorar”, dice.

La protagonista de El silencio de los inocentes parece la compañera de entrenamiento perfecta para un talento en ciernes. “No se toma nada demasiado en serio: si mete la pata, la mete”, dice Reis. “Y es muy generosa con sus conocimientos, su tiempo y sus ideas. Es una persona increíble”.

El reparto también tenía un increíble set con el que trabajar, le digo, abordando el elefante en la habitación, o mejor dicho: el “cadáver” de la pista de hielo. En el segundo episodio, los cuerpos congelados de los científicos son transportados a la pista de hockey local para descongelarse en un amasijo de miembros y partes íntimas congeladas. Los personajes vuelven a ella una y otra vez, como si fuera una versión demente de la cafetería Central Perk de Friends. “Estaba tan increíblemente hecho”, dice Reis; “todo era tan detallado, cada pelo, cada testículo… la congelación de los pies”. No tardó mucho en insensibilizarse. “Al segundo día ya estaba tomando café al lado, chocando los puños con los tipos muertos”.

Sin develar demasiado, la descongelación promete revelar la clave para resolver el caso. “Va a sorprender a todo el mundo”, bromea Reis sobre el próximo final de la serie, y la gran revelación de quién estuvo detrás de los asesinatos. “Realmente creo que va a desconcertar a la gente, en el buen sentido”.

Reis tiene ahora el prestigio de una estrella de HBO para añadir a su lista de títulos. ¿Será suficiente para alejarla definitivamente del cuadrilátero? “Mi carrera y el boxeo femenino en su conjunto han seguido una trayectoria realmente magnífica”, dice con una sonrisa. “Todavía no colgué los guantes”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 



Fuente Pagina12