“Se siente, se siente, Jujuy es el siguiente”, fue el canto unánime para bajar el telón en el Velódromo de Bariloche, después de un fin de semana tomado por un Encuentro lleno de vitalidad y decidido a frenar el avance de la ultraderecha. La marcha del domingo fue enorme y con mensajes explícitos al candidato de la Libertad avanza: “Para que vea que las pibas no cambian de idea pelean y saben lo que es libertad”, fue uno de los cantos más escuchados en la bajada de la marcha de los altos de Bariloche.
Desde hace 36 años que las sedes de los Encuentros se eligen por ovación en los cierres. Esta vez, la elección de la ciudad andina fue casi un voto cantado: durante todo el fin de semana se rumiaba que Jujuy debía ser el lugar que reciba el Encuentro número 37.
“Arriba los derechos, abajo las reformas”, fue la consigna que llevaron las cholas del Tercer Malón de la Paz haciendo sintonizar la lucha por los territorios de los pueblos mapuches con la lucha que llevan en Jujuy y en Buenos Aires para exigir la nulidad de la reforma impulsada por el gobernador Gerardo Morales. La consigna no es casual, fue la misma que levantaron docentes y pueblos indígenas el 20 de junio en medio de una feroz represión. En aquel momento el reclamo era “Arriba los salarios, abajo las reformas”.
Ese 20 de junio, a puertas cerradas y con el apoyo del peronismo local, se aprobó la reforma parcial de la Carta Magna que incluye entre otras cosas, la restricción a la libertad de protesta y modificaciones en el artículo 36 en relación al “derecho a la propiedad privada”. Estas modificaciones dejan en mejores condiciones a titulares registrales que disputan tierras con comunidades originarias, ya que incorpora “mecanismos y vías rápidas y expeditivas que protejan la propiedad privada y restablezcan cualquier alteración en la posesión, uso y goce de los bienes a favor de su titular”.
Las dos últimas sedes del Encuentro están unidas por una aguerrida defensa del agua y del territorio. También porque pueda reconocerse que las poblaciones originarias son preexistentes al Estado y a la fronteras: “Tenemos demandas muy concretas que tienen que ver con la instrumentalización de la Ley de Propiedad Indígena y la intervención federal de Jujuy dice Marita Farfán, parte del Tercer Malón que viene acampando en Plaza Lavalle desde el 1 de agosto de este año.
La lucha contra el avasallamiento del negocio inmobiliario, la extracción del litio y el genocidio indígena unen a Río Negro y Jujuy a partir de este Encuentro. Esa línea que va de sur a norte y atraviesa una geografía que conmueve por su belleza y también es el centro de la disputa. Bajo esas coordenadas se tejerán de aquí en adelante las formas de hacerlo posible: una nueva comisión organizadora y 11 meses de trabajo autogestivo, democrático y horizontal.
Alguien decía lo inevitable de irse de un Encuentro sin empezar a planificar el siguiente, porque este hecho político inédito en el mundo tiene acumulada una enorme potencia en términos de lucha, imaginación y celebración. Un insumo indispensable para los tiempos que vienen.