El debate presidencial dejó una serie larga de definiciones laterales que recién fueron decantando en las últimas horas. Por ejemplo, la reivindicación que hizo Javier Milei sobre el plan de convertibilidad aplicado por Domingo Cavallo durante la década de 1990. Con un dato mentiroso, el candidato libertario disparó que en caso de continuar la medida que estalló por los aires con la crisis social, política y económica en el 2001, los salarios promedios serían de 1.800 dólares.
“Pensá que si estuviéramos como en la convertibilidad tendríamos un ingreso promedio de 1.800 dólares, o 1.800.000 al tipo de cambio paralelo, y no esta miseria que tenemos hoy”, disparó este miércoles durante una entrevista televisivia. Y ratificó: “Voy a eliminar el Banco Central, porque el Banco Central es lo que genera la inflación. Y los subsidios, ya te lo expliqué, digamos, ¿te lo tengo que volver a explicar? ¿No lo entendiste?”.
Esta afirmación fue desmentida rápidamente por los propios usuarios en las redes sociales, que fueron a desempolvar los recibos de sueldos de aquella época y dejaron en evidencia de que los sueldos estaban efectivamente lejísimos de los 1.800 dólares que alegó el libertario.
Como si fuera poco claro, quien salió a darle su apoyo abierto al candidato de la motosierra fue Cavallo, el ideólogo del plan de la convertibilidad -el famoso “uno a uno” de 1991- y apuntado como el gran responsable de la crisis económica y social que estalló con gravísimas consecuencias en el 2001.
Entrevistado por TN, el exministro de Economía de Carlos Menem y Fernando de la Rúa aseguró: “Ahora no tengo absolutamente ninguna duda de que quien puede realmente producir el cambio en la dirección que se necesita es Javier Milei. Lo voy a votar. Y si puedo, voy a tratar de ayudarlo a que pueda llevar adelante sus ideas”.
En diálogo con Página|12, el doctor en Ciencias Sociales, Magíster y especialista en Historia Económica, Julián Zícari, autor del libro Camino al colapso: cómo llegamos los argentinos al 2001, desenmascaró las afirmaciones de Milei y Cavallo y explicó por qué es un sinsentido hacer comparaciones con un modelo que estaba agotado varios años antes de su estocada final.
La respuesta de los especialistas a los dichos de Milei
“La idea de que se podría haber mantenido la convertibilidad, de que era sostenible, es una ridiculez. Es más, hicieron todo lo posible durante los 90′ para mantenerla y redoblar los costos de salida porque querían mostrar compromiso y que no se iba a salir”, enfatizó Zícari, que agregó: “Claro, igualmente en un momento no aguantó más, se salió y así de grave y terrible fue la explosión”.
Luego, añadió: “A su vez, la idea de que los salarios eran más altos. Eso es mentira. Todos los años, desde 1993 en adelante, los salarios cayeron. Aparte, no solo que cualquier estadística lo demuestra, sino que es una cuestión de lógica. Si todos los años aumentaba el desempleo, ¿en qué economía cuando vos tenés aumento de la desocupación permanente tenés salarios al alza?”.
“Hablar de salarios de 1.800 dólares como dijo Milei es una ridiculez. El salario mínimo estaba en 150 dólares. ¿De qué 1.800 dólares habla? Es una mentira garrafal. Y los últimos 3 años de la convertibilidad hubo deflación. La caída salarial fue más abrupta. Porque hay deflación cuando hay una economía que se está destruyendo porque no se vende nada, porque no funciona”, puntualizó.
Y finalizó: “Antes del abandono de la convertibilidad, la economía cayó 10 por ciento y cayó otro 10 por ciento a la salida. Es decir, entre junio del 2001 a junio del 2002 cayó 20 por ciento la economía argentina. Sin hablar del corralito y los miles de problemas de la desindustrialización”.
Milei, la convertibilidad y un plan destinado al fracaso
Consultado por las afirmaciones de Milei, que expuso en el debate datos económicos usando expresiones como “si estuviéramos como la convertibilidad”, Zícari dio un contexto histórico para explicar que el plan del “uno a uno” fue de “estabilización” para terminar de salir de la hiperinflación, pero nunca se pensó como un modelo a largo plazo.
El especialista en historia económica aseguró que el modelo de Cavallo se lanzó “desde condiciones óptimas” y con una clara postura: “Se estuvo dispuesto a pagar cualquier costo”. Es decir, el Gobierno estuvo dispuesto, entre otras cosas, a abrir la economía radicalmente y desde un tipo de cambio muy alto, lo que generó muchos problemas.
En este contexto, explicó, “estaban los ingresos por las privatizaciones” -modelo de ingresos con un límite de sábana corta- y de la “abundancia de capitales en el mundo que le permitió a Argentina tomar deuda”. Este combo le permitió al Gobierno compensar los problemas de falta de dólares iniciales.
“A su vez, no le importó abrir la economía radicalmente, desprotegiendo el mercado interno, no le importó los costos en términos productivos, de desempleo, de aumento de la pobreza. Porque lo más importante era salir de lo más terrible de la hiper. Y de hecho funcionó muy bien los primeros dos años”, reconoció el académico.
Pero, aseguró, el modelo “fue tan exitoso” que después “se negaron a salir de ese esquema”. Dejando de lado la premisa de que el plan era coyuntural, quisieron llevarlo a un largo plazo. Esto hizo, como era de esperar, que los problemas del programa comenzaran a acumularse y acumularse.
La bomba de tiempo del “uno a uno”
Uno de estos problemas tuvo que ver con la “apertura económica y el atraso cambiario que se empezó a dar”. Una apertura que “al principio pudo ser disimulada por el alza de los precios externos, pero que después no paraba de caer” y que “generó durante toda la década un gran desequilibro comercial”.
Este déficit, de la única manera en la que podía ser sostenido, era vía endeudamiento. “La convertibilidad era un modelo deuda-dependiente que todos los años aumentaba la deuda 10 mil millones de dólares por años. Ahí tenés el primer condicionante. La convertibilidad solo pudo durar mientras duró el financiamiento externo”, señaló Zícari.
Esto llevó a un cuello de botella. Sin ese financiamiento que compensara el déficit comercial y el mega endeudamiento, “era imposible”. Y a esto se suma otro tema, el “límite social”. “Había un 18 por ciento de desempleo, la pobreza subía todos los años, había una caída de los ingresos. Era un desastre y así explotó”, señaló el especialista, acerca de los conflictos sociopolíticos argentinos de la historia reciente.