“Ya no tenía signos vitales hace un tiempo largo”. Así describió el médico cirujano Colin Campbell Irigoyen (48) el primer momento que observó a Diego Armando Maradona (60), aquel mediodía del miércoles 25 de noviembre de 2020. El testigo fue la primera persona ajena al entorno del ex campeón de mundo en México ´86.

Campbell Irigoyen fue uno de los seis testigos que declararon en la cuarto jornada en el juicio por la muerte del “Diez”. Antes habían sido escuchados tres policías que realizaron peritajes en la vivienda del lote 45 del barrio privado San Andrés y uno de los encargados de seguridad del country.

El médico vivía apenas a unos 60 metros de la casa de Maradona. A las 12.26 recibió el llamado de los guardias de seguridad pidiéndole si por favor podía acercarse al lote 45 porque “Diego Maradona se había descompuesto y ya habían llamado a la ambulancia”.

Luego detalló que lo recibieron dos personas, a quienes identificó como el psicólogo (por Carlos Ángel Díaz) y un chofer. Fue el piscólogo quien lo acompañó hasta el cuarto en donde se encontraba Maradona.

“Al entrar a la habitación me encuentro con una persona haciéndole masaje cardíaco (la enfermera Dahiana Gisela Madrid) y a otra haciéndole respiración boca a boca (Julio Coria, seguridad). Pregunto hace cuánto lo encontraron y me dijeron que se había levantado a desayunar a media mañana y que volvió a su cuarto. Intenté encontrarle algún signo vital y no le encontré pulso ni le sentí la respiración”, detalló.

En ese mismo ambiente el testigo aseguró que en los pies de la cama se encontraba la pisquiatra, Agustina Cosachov (40). Campbell Irigoyen comenzó a realizarle masajes cardíacos mientras que preguntó qué elementos tenía a disposición para asistir al paciente ya que solo contaba con un tensiómetro y un estetoscopio que trajo desde su casa. La respuesta que recibió fue negativa.

El fiscal general adjunto de San Isidro Patricio Ferrari le consultó cómo lo vio a Maradona cuando ingresó a la habitación.

“Vi a una persona que estaba acostada, estaba en una posición como durmiendo, muy obesa y una temperatura más baja de lo normal. Ya no tenía signos vitales hace un tiempo largo. El brazo lo tenía colgando sobre el lado derecho. Estaban sueltos, no tenía tonicidad. Era una persona que estaba postrada hace mucho tiempo”, aseguró.

Ante la consulta de la jueza Julieta Makintach de cuánto para él era “un largo tiempo”, el testigo se limitó a decir “entre una o dos horas”.

A los pocos minutos llegó la primera ambulancia al lugar. Uno de los médicos ingresó y trajo elementos para realizar una apertura en las vías aéreas. En ese momento Campbell Irigoyen ayudó al médico a colocarle una máscara en la cara. “Me encontré con una rigidez mandibular”, explicó.

En otra parte de su declaración, el testigo manifestó que conocía la vivienda en la cual estaba Maradona porque era de un amigo suyo. Sostuvo que la casa “no era nada que ver como era antes” ya que “estaba muy sucia, desordenada, especialmente el cuarto”. “No había nada de limpieza básica para tener a una persona recién operada”, remarcó.

Reiteró que mientras hacía los masajes cardíacos a Maradona consultó si había en el lugar un desfibrilador, un botiquín u oxígeno y que le respondieron que “no había nada”.



Fuente Clarin.com

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