El Gobierno busca ganar tiempo en el Senado mientras explora las opciones que le quedan para evitar que se caigan los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, los dos candidatos propuestos para completar la integración de la Corte Suprema de Justicia y que el kirchnerismo junto a un sector de la oposición quieren voltear luego de que ambos candidatos fueran designados en comisión por decreto hasta la finalización del período legislativo.
Desde el oficialismo advirtieron que “hay otras urgencias de coyuntura” y sostienen que hay que poner el foco en el proyecto que declara la emergencia en Bahía Blanca, la ciudad afectada por un violento temporal, antes que atender el tema de los jueces. La propuesta, que obtuvo dictamen el miércoles pasado, es impulsada por la cristinista Juliana Di Tullio, y establece la creación de un fondo de $200.000 millones para la asistencia y reconstrucción de las ciudades afectadas, algo similar a lo anunciado por el Gobierno.
Vale recordar que luego de que el peronismo pidiera la sesión para tratar el tema los pliegos de Lijo y García-Mansilla, cinco senadores de La Libertad Avanza solicitaron una sesión especial para tratar Ficha Limpia y el proyecto de Di Tullio para cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel “lo estime pertinente”. La presentación fue firmada por el jefe de bancada, Ezequiel Atauche junto a Juan Carlos Pagotto, Bruno Olivera Lucero, Ivanna Arrascaeta y Vilma Vedia.
Villarruel, como titular del Senado, tiene la facultad de decidir en qué momento convocar, el orden de los temas y los horarios de las sesiones. Desde el peronismo advirtieron que al estar dentro del período ordinario, los senadores tienen la posibilidad de bajar al recinto, juntar el quórum y tratar los dictamen sobre las nominaciones de Lijo y García Mansilla. Todo hace especular que las tensiones aumentarán en la semana entre el oficialismo y la oposición aunque se espera una definición para el próximo martes.
Por lo pronto, la vicepresidenta evitó dejar trascender si convocará a una sesión o dos y cuál será el orden del temario. Hay sectores dialoguistas que aún apuestan a la negociación subterránea que la Casa Rosada mantiene con el peronismo para destrabar la situación y evitar una derrota en el recinto que puede tener un impacto no sólo político sino también judicial. Es que entienden que si caen los pliegos el académico García-Mansilla, el único al que la Corte le tomó juramento, quedará en una situación de debilidad.
Además, la propuesta de Lijo, quien optó quedarse en su despacho de juez federal luego de que el máximo tribunal le rechazara el pedido de licencia extraordinaria, se frustraría a pesar de que tendría los apoyos para llegar con el acuerdo del Senado.
Desde el radicalismo insistieron con que el Gobierno debe retirar los pliegos y advirtieron que en el recinto no los van apoyar. Al menos eso fue lo que trascendió esta semana aunque las discusiones en el Congreso suelen ser dinámicas. Por lo pronto, la mayoría de los senadores de ese espacio rechazan la jugada de Javier Milei de haber designado a los dos candidatos por decreto.
Los dialoguistas más cercanos a la Casa Rosada presionan a Villarruel para que estire al menos una semana más la convocatoria a sesión, pero la vicepresidenta sabe que no podrá dilatar el debate más de 15 días, lo que la deja en una posición incómoda en la interna que mantiene con el Presidente y su entorno, que la dejó marginada de la toma de decisiones. Encima, se diferenció del discurso del Gobierno al evitar declarar que los incidentes ocurridos el miércoles pasado frente al Congreso fueron parte de un plan de desestabilización.
Si la discusión por los pliegos llega al recinto, el peronismo tendría los números para abrir el recinto porque a los 34 que integran la bancada se suman Martín Lousteau, la larretista Guadalupe Tagliaferri y el ex libertario Francisco Paoltroni, quien ya avisó que rechaza ambas nominaciones por haber sido designados por decreto. A ellos se podría agregar el radical Pablo Blanco, quien en su momento había anunciado que iba a pedir la sesión para tratar el tema pero no tuvo apoyo dentro de su bancada y ya anticipó que votará en contra.
Mientras Cristina Kirchner se mantiene en silencio sobre el tema de los jueces, el bloque de Unión por la Patria busca acomodarse para evitar fugas, ya que hubo senadores que sugirieron votar a favor de Lijo, pero esa opción estaría desestimada porque la jugada es presionar al Gobierno para que se respete el mandato constitucional y salgan por acuerdo del Senado.
En el macrismo, donde en un principio se cuestionó las designaciones por decreto, luego se buscó justificar argumentando que es una medida que permite la Constitución. En el recinto podrían apoyar la nominación de García-Mansilla. Mientras el resto de los provinciales oscilarían entre la abstención y el apoyo.
Otro de los temas que tensiona la relación en el Senado es el de Ficha Limpia que propuso tratar el oficialismo. La iniciativa, que tiene la media sanción de Diputados, pondrá en jaque una posible candidatura de Cristina, ya que impide presentarse a elecciones a quienes tienen condena en segunda instancia y a la ex presidenta le ratificaron en la Casación la pena de 6 años de prisión por la causa Vialidad.
Como se trata de una reforma electoral se requiere una mayoría especial de 37 votos afirmativos, un número que el Gobierno está ajustado porque dependerá de José María Carambia y Natalia Gadano, quienes dieron muestra de su poder al hacer caer la sesión preparatoria por falta de quórum. Sin embargo, el santacruceño venía trabajando con la jefatura de Gabinete un proyecto que promueve incentivos fiscales al gas y petróleo convencional. Si Villarruel tiene el apoyo de ambos, el oficialismo tendría 38 senadores como para abrir el recinto y convertir en ley la propuesta.