Lorenzo De Zuani, de 23 años, y Marcelo Carro, de 35, entraron junto a otros seis participantes a la casa de Gran Hermano la noche del 10 de febrero, durante una gala especial. Los nuevos integrantes tuvieron que adaptarse a dinámica que ya estaba conformada desde el 2 de diciembre. Aún así la llegada de todos revolucionó el ambiente.
Ambos convivieron durante 38 días, con uno de ellos tal vez destacándose más que el otro. Sin embargo, no lograron superar la placa de eliminación y fueron derrotados por la brasileña Gabriela Gianatassio, quien aseguró su lugar en la casa con un 46,5% de los votos.
Marcelo, la noche que entró a la casa más famosa se presentó ante el público como jefe de logística, de Lanús, soltero y el villano que se necesitaba para desatar el caos. Se mostró con personalidad de líder y con facilidad para manipular a la gente. Desafiante, aseguró que su pasión por el juego y las estrategias estarían de su lado a la hora de sacar participantes: “Mi presencia va hacer que me destaque en el juego”.
-¿Qué sensaciones tenés luego de salir de la casa?
Marcelo: Estoy un poco triste, porque tenía muchas ganas de seguir, pero me tengo que enfocar en todo lo que se viene.

-¿Ingresaste a la casa con alguna estrategia o entraste y dejaste que todo fluya?
-Entré siendo yo, pero también aplicando una estrategia. Y a veces cuando estas ahí adentro y con tantas placas positivas -es decir, votando a los que querés que se queden- no hay tiempo para hacerlo. Mi juego, mi estrategia no era ser tan explosivo, ni con una personalidad tan avasallante como por ejemplo la de Selva. Eso, con el tiempo y en una placa positiva, te termina jugando en contra.
-¿Pensaste que tu salida seria tan repentina?
-No, justamente en esta placa. Bueno, todos sabemos que los nuevos son los que estamos más comprometidos, creía que no, porque fue una semana en la que más protagonismo tuve el juego del auto, el baile de Locomía. Chiara se me estaba acercando, ella me dijo “vamos al streaming, que yo quiero que te quedes” y lo mismo con Ulises. Ahí yo me estaba acercando para sacar información y ver qué hacía con ellos.
-¿Hubo alguno con el que te quisiste aliar porque lo veías fuerte afuera y no fue como esperabas?
-No. Obviamente que sabia quiénes eran los fuertes. pero apenas entrás a la casa todo cambia totalmente. No sabés con quién aliarte, no sabés con quién te vas a llevar bien. A lo último de todo empecé a tener más contacto con los fuertes, pero más que nada por una cuestión de estrategia y recién a los últimos días me empezaron a hablar de juego, que era lo que yo necesitaba como para ver a futuro qué hacer con eso.

-¿Y con el tridente (Tato, Luz y Luciana) cómo te llevabas?
-Al principio tuve un buen contacto con ellos, más que nada con Tato porque teníamos muchos puntos en común. Pero, bueno, eso se fue perdiendo.
-¿Qué te gustaría que venga para vos de ahora en más?
–Yo soy modelo, me gusta hablar y conocer a las personas, entonces me encantaría trabajar con algo relacionado al streaming y todo lo que tenga que ver con el modelaje. Esta semana vamos a estar a full, aprovechando la exposición para que nos conozcan un poquito más. Siento que si estaba un poco más en la casa, eso me iba a llevar a poder hacer todo lo que tenía en mente.
Lorenzo, el de los pelos locos

Cuando ingresó a la casa, Lorenzo ya tenia un rasgo distintivo: sus rulos. En su presentación, “Lolo” dijo que venia de Salta, habló sobre su carrera en la facultad y un poco de su familia. Con muchas ganas de entrar, reveló que le gustaban los desafíos nuevos y que Gran Hermano era una iniciativa tremenda. Carismático, cero drama y no se tomaba nada en forma personal, y confesó que su estrategia era ser autentico.
-¿Cómo fue tu primera interacción con el público, ya saliste a la calle?
-No salí solo todavía, pero es increíble salir de la casa. Es rarísimo la sensación de pisar la casa de GH y entrar… Es como que se te nubla la mente y tenés que empezar de cero. Después, salir es recuperar un montón de cosas, es algo inexplicable que nos pasa a todos al entrar y lo que se siente al salir.
-¿Entraste con estrategia o algo en mente para sorprender?
-Al principio me sentí una planta, porque en realidad yo no era consumidor del programa, te soy sincero.
–Si no mirabas el programa, ¿por qué entraste?
-Entré porque me anoto una amiga, me llamaron y yo seguía haciendo los casting, todo pasó muy rápido. La sensación fue como que un día me sacaron de mi casa y me metieron en la de Gran Hermano y dije: “Bueno, voy a conocer a todos”, porque la verdad no tenía muy en claro quién era fuerte y quién no, tampoco sabía los nombres, pero fue muy fácil darme cuenta quién era quién.

-¿Cómo fue la primera impresión con los demás dentro de la casa?
–Me sentí cómodo, con la necesidad de conocer a todos y no aliarme a nadie. Con el tiempo me fui conociendo más con todos y creo que las personas que conocí dentro de la casa son realmente los que saben cómo soy y ahora estoy viendo cómo se vio afuera mi personaje.
-¿Te gustaría estar en los medios, ser famoso?
-Yo soy estudiante de diseño, me falta una materia para recibirme de diseñador, y la verdad es que soy muy fanático de lo que hago. Pero hablando con la psicóloga me di cuenta que podría aprovechar todas las oportunidades que se presentan, aunque no significa que mi vida siga este camino. Pero también me encanta el modelaje y este estilo de exposición, darme a conocer un poco y que se sepa quién soy. Me gusta que la gente se identifique con mi personalidad. No me la esperaba realmente, me hace sentir muy bien.
–En las redes decían que te parecías a Marcos Ginocchio (ex ganador de GH), ¿Cómo te sentías con eso? ¿Te gustaba?
-Sí, en realidad no lo conozco mucho. Sí adentro de la casa me decían que era muy parecido físicamente, pero para mí nada que ver. Tendrá que ver con la personalidad, él es muy tranquilo y yo también, calculo que habrá sido eso.
-Te quería preguntar con respecto a la polémica de Bati, que dijo que se sentía incómodo con Luciana, que sentía cierto acoso de ella hacia él. Y cómo te sentías vos con eso.
–Luciana no me daba muy buenas vibras, todo lo que yo le decía o que me nacía de corazón, lo podía usar muy en mi contra. Es una persona que tiene un juego muy claro, porque sabe tergiversar los mensajes, entonces eso no iba conmigo. Y ella siempre estaba con una sonrisa que por lo menos por mi lado no la sentía una sonrisa sincera, era un juego un poco extraño para mí.
-¿Y sobre tus declaraciones de incomodidad?
–No sé muy bien lo que se vio afuera. La sensación de incomodidad que tuve, traté un poco de no contarla adentro de la casa porque sé que no lo hizo con mala intención, sé que es su modo de ser, su personalidad o su modo de acercarse quizás. Si afuera se interpretó como algo en su contra, pido disculpas.
-Tuviste el beneficio de compartir una noche romántica con Martina, contame sobre eso
-Con Martina me divertí un montón y quizás sí tenía las expectativas de darle un beso, pero al final no se dio. Ella, por una cuestión de estrategia, decidió no estar con nadie más en la casa y era entendible. Entonces sólo nos quedamos charlando. Todo se intensifica en la casa y me parecía muy linda, después muy hermosa y yo supongo que era por eso: la casa te hace vivir sensaciones en muy poco tiempo.