Una musa olvidada

Mar 1, 2025



Fue musa de los surrealistas: Louis Aragon y André Breton escribieron una obra de teatro, “Le Trésor des Jésuites”, en su homenaje. En tiempos en que era revolucionario el solo hecho de que una mujer no usara pollera, ella aparecía enfundada en un ajustadísimo mono de seda negro.

Como directora, adaptó para el cine novelas de Colette, -la escritora que sacudió a la sociedad parisina con su osadía- con la cual había coincidido en una revista en el Bataclan y filmó varias películas. Había nacido Jeanne Roques pero se convirtió artísticamente en Musidora, por el personaje de “Fortunio”, de Gautier; así la conocería su época y así se llamaría la Société des Films que fundó.

Francesa, hija de un compositor y teórico del socialismo y de una pintora y líder feminista, que además de transmitirle el amor por la literatura plantaron en ella las semillas de la rebeldía, Jeanne descubrió su pasión por el mundo del espectáculo. La consagración llegó de la mano del director Louis Feuillade, quien la descubrió en el Folies-Bergere y en 1915 le dio la oportunidad del papel que la haría famosa: Irma Vep (anagrama de vampire) en Les Vampires, una película en diez episodios, personaje que recrearía en 1996 Olivier Assayas en “Irma Vep”.

Inquieta, escribió un par de novelas, canciones y un libro de poemas. El pintor español Romero de Torres la inmortalizó en un cuadro, Musidora, exhibido en el porteño Museo Nacional de Bellas Artes. Pionera de pioneras, en 1973 se creó el colectivo feminista de mujeres cineastas, bautizado Musidora en su homenaje. La Cinémathèque française, desde donde contribuyó a rescatar el patrimonio del cine mudo francés, le dedicó un ciclo en 2020. Para el gran público, una olvidada.



Fuente Clarin.com

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