Una ciudadana estadounidense mató presuntamente a su perro en un aeropuerto de Florida luego de que no le permitieran abordar un vuelo con la mascota por falta de documentos necesarios para la ocasión, según la acusación de las autoridades locales. La mujer terminó detenida este mes y ahora afronta cargos por maltrato animal.

El presunto hecho ocurrió el 16 de diciembre de 2024 en el Aeropuerto Internacional de Orlando, declaró la policía de la ciudad. Ese día, de acuerdo con el informe oficial del caso, una persona identificada como Alison Lawrence llegó al lugar para tomar un avión con dirección a Colombia.

En aquel momento, esta mujer de 57 años se encontraba acompañada de su perro, llamado Tywinn: era un schnauzer miniatura blanco de 9 años. Según el Departamento de Policía de Orlando, Lawrence intentó hacer el check-in junto al can con la intención de viajar.

Sin embargo, en ese instante, los trabajadores del aeropuerto le negaron la posibilidad de embarcar debido a que la pasajera en cuestión no contaba con toda la documentación necesaria para llevar a su mascota en el avión.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos advierte en sus canales de comunicación que aquellas personas que viajan de Estados Unidos a Colombia con sus perros deben tener un certificado de salud emitido por un veterinario y a su vez un certificado de vacunación contra la rabia.

Por su parte, los investigadores del presunto hecho indicaron a través del informe oficial del caso —se basaron en las cámaras de seguridad del aeropuerto, entre otras pruebas— que Lawrence se dirigió a un baño con Tywinn en sus brazos justo después de haberse enterado de que no podía abordar el vuelo.

Una vez allí, de acuerdo con la acusación de las autoridades, la mujer cometió un acto cruel e irracional: ahogó a su perro en un inodoro de uno de los cubículos del baño y dejó el cuerpo del can en un tacho de basura del recinto. Tras haber permanecido menos de 20 minutos en el baño, ella salió del lugar.

A continuación, según el informe oficial, la pasajera esperó unos minutos y luego inició el proceso de check-in en soledad: pasó por el control de seguridad y enseguida se dirigió a la puerta de embarque correspondiente a su vuelo. Al final, logró subirse al avión y viajar a Colombia. Después de su arribo a ese país, Lawrence terminó dirigiéndose a Ecuador, aclaró la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU.

Ese mismo día, tiempo más tarde, una empleada de limpieza del aeropuerto halló los restos de Tywinn en el baño. Los investigadores aseveraron que esta trabajadora encontró el cuerpo del animal junto con un chaleco salvavidas; un collar de perro; una “etiqueta antirrábica”; una bolsa de viaje para perros; y una placa con forma de hueso con el nombre y el número de teléfono de la acusada.

El perro fue identificado por los datos del microchip implantado en su cuerpo. Una necropsia posterior —una autopsia— determinó que Tywinn había muerto por ahogamiento. “Este acto fue intencional y resultó en una muerte cruel e innecesaria del animal”, afirmó el Departamento de Policía de Orlando.

Casi tres meses después, este 18 de marzo, las autoridades emitieron una orden de arresto y detuvieron a Lawrence —ya de vuelta en EE.UU.— en el condado de Lake (Florida). La mujer pagó 5000 dólares para quedar en libertad bajo fianza, aunque en la actualidad afronta un cargo por maltrato animal agravado, un delito grave de tercer grado.

Los cargos por crueldad hacia los animales en Florida se penan con hasta cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares, de acuerdo con el portal de noticias de la emisora de televisión WKMG-TV.

Con información de la agencia AP



Fuente Clarin.com

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