Investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y otros organismos públicos como la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) desarrollaron un tratamiento innovador llamado “LipoNAC“, que mejora la administración de fármacos respiratorios. El avance, basado en nanotecnología, podría optimizar los tratamientos para enfermedades respiratorias crónicas que afectan a millones de personas.
El desarrollo utiliza liposomas, que son esferas microscópicas compuestas por lípidos naturales del pulmón, para encapsular la N-acetilcisteína (NAC), un medicamento tradicionalmente usado como mucolítico y antioxidante. Gracias a esta nanotecnología, la droga alcanza el tejido pulmonar de manera más efectiva y sostenida, con resultados prometedores en modelos preclínicos de asma y fibrosis pulmonar.
El tratamiento combina una molécula bien conocida en medicina respiratoria, la N-acetilcisteína, con un sistema de administración novedoso. “La droga que usamos es muy segura y conocida, pero cuando se toma por vía oral, sufre mucha degradación en el tracto digestivo”, explica Ignacio Fenoy, doctor en Biología Molecular y Biotecnología de la UNSAM y uno de los autores del estudio. La solución fue encapsularla en liposomas hechos con lípidos del surfactante pulmonar, que actúan como vehículo y protección.
De esta manera, administrada por vía intranasal, la NAC llega intacta a los pulmones, donde se libera de forma gradual. Según Fenoy, “la estrategia permite extender su tiempo de vida en el cuerpo, potenciar sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes, y mejorar la absorción por las células pulmonares”.
Las pruebas preclínicas, realizadas en modelos murinos de fibrosis pulmonar y asma, arrojaron resultados alentadores. En los ensayos de fibrosis, LipoNAC redujo la acumulación de colágeno, disminuyó marcadores de inflamación y mejoró la capacidad respiratoria. En el caso del asma, fue el único tratamiento que logró reducir significativamente la producción de flema, uno de los principales problemas para los pacientes.
El equipo interdisciplinario que desarrolló LipoNAC está conformado por científicos y científicas de la UNQ, UNSAM, IMBICE, CNEA, Conicet y UBA. La combinación de saberes, desde nanotecnología hasta farmacología y biología celular, fue clave para el avance. “Siempre hacer investigaciones interdisciplinarias potencia muchísimo las capacidades y genera trabajos más potentes”, destaca Fenoy.
Nadia Chiaramoni, investigadora del Conicet y de la UNQ, enfatiza que la innovación radica en la forma de administrar el medicamento: “No inventamos una molécula nueva. La envolvimos en un sistema que sabe exactamente a dónde ir”. El uso de lípidos específicos del surfactante pulmonar garantiza una biocompatibilidad superior y una respuesta terapéutica más precisa.
Aunque LipoNAC todavía debe superar la fase de ensayos clínicos en humanos, su eficacia preclínica y su bajo perfil de riesgo abren perspectivas concretas. En América Latina, más de 250 mil personas mueren cada año por enfermedades respiratorias crónicas, y millones dependen de tratamientos costosos y con efectos secundarios. Una formulación inhalable, económica y eficaz como esta podría transformar el abordaje del asma, la fibrosis pulmonar y otras afecciones.
“El desarrollo de esta tecnología muestra que en la Argentina hay una base científica sólida, creatividad e innovación”, concluye Chiaramoni. En tiempos donde la ciencia pública enfrenta desafíos, avances como LipoNAC demuestran el enorme potencial de apostar al conocimiento local.