La Edad Media es una de las épocas más fascinantes de la historia, pero también una de las más duras para la vida cotidiana. Uno de los mayores desafíos que enfrentaban las personas era el intenso frío, especialmente en los crudos inviernos europeos. Sin calefacción moderna ni aislamiento adecuado, las condiciones dentro de las viviendas eran extremadamente adversas.
Sobre este tema, la historiadora italiana Nuisia Raridi, también creadora de contenido en YouTube, viralizó un video en el que explica cómo las personas lograban sobrevivir a las bajas temperaturas. La experta detalla las estrategias que utilizaban los medievales para hacer frente al frío extremo en una época donde el confort térmico era un lujo impensado.
Casas heladas y sin protección contra el viento
“En la Edad Media hacía muchísimo frío. No había radiadores, ni chimeneas, ni cristales en las ventanas, por lo que las casas estaban permanentemente atravesadas por corrientes de aire”, explica Raridi en su video. La falta de aislamiento térmico era un problema constante. Las viviendas estaban hechas de materiales básicos, como madera y barro, y eran extremadamente frágiles ante las inclemencias del tiempo.
Las ventanas, cuando existían, eran pequeñas y carecían de cristales. En su lugar, se utilizaban contraventanas de madera o telas enceradas para reducir la entrada de aire helado. “Había que elegir entre dejar entrar la luz y el frío… o ninguno de los dos”, señala la historiadora. La opción de sellar completamente las ventanas, aunque efectiva contra el frío, dejaba las habitaciones sumidas en la oscuridad durante el día.
El vidrio: un material de lujo
Hoy en día damos por sentado que todas las casas cuentan con ventanas de vidrio, pero en la Edad Media era un lujo inalcanzable para la mayoría. “Apareció en las catedrales alrededor del siglo X, pero en las viviendas privadas no llegó hasta después de 1300, y aun así era exclusivo de las clases acomodadas”, explica Raridi. Incluso cuando se utilizaba, el vidrio era opaco y de baja calidad, por lo que no ofrecía una gran protección térmica. Recién en la Edad Moderna comenzó a popularizarse en los hogares europeos.

Las chimeneas: un invento tardío
Uno podría pensar que, ante la falta de ventanas adecuadas, al menos las chimeneas proporcionarían algo de calor. Sin embargo, la realidad era muy distinta. “Las chimeneas, tal como las entendemos hoy, no se desarrollaron antes del siglo XIII. Probablemente, sean un invento italiano, ya que las primeras referencias escritas provienen de documentos de la antigua República Marinera de Venecia”, explica la experta.
Antes de su invención, el fuego se encendía en el centro de la vivienda, lo que generaba una enorme acumulación de humo y poca eficiencia para calentar los espacios.
Vestimenta y estrategias de supervivencia
Ante este panorama, la gente medieval tenía que recurrir a diversas estrategias para combatir el frío. Las prendas de vestir jugaban un rol fundamental: las capas de lana, los mantos gruesos y el uso de pieles eran comunes entre todas las clases sociales. Además, las personas solían dormir juntas para conservar el calor corporal y, en los castillos, se utilizaban tapices gruesos en las paredes para reducir la sensación de frío.

En definitiva, la Edad Media fue una época de grandes desafíos climáticos, y sin la tecnología que hoy nos resulta indispensable, la población debió ingeniárselas con los recursos a su alcance. Como bien explica Nuisia Raridi, las bajas temperaturas eran un “verdadero problema” con el que la gente tuvo que aprender a convivir.
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