Una mujer canadiense de 55 años sufrió la amputación de ambas manos tras ser mordida por un tiburón toro mientras nadaba en aguas poco profundas en Turcas y Caicos, un archipiélago paradisíaco en el océano Atlántico, próximo a Las Bahamas.
Según informó The New York Post, el ataque ocurrió el 7 de febrero cerca de la isla de Providenciales, cuando la turista estaba en el agua y, según su familia, fue sorprendida por el tiburón.
El Departamento de Medio Ambiente y Recursos Costeros del archipiélago explicó en un comunicado que la mujer estaba practicando snorkel y en ese contexto fue abordada por el escualo. Sin embargo, el animal la atacó y le atrapó los brazos con sus mandíbulas, dejándola gravemente herida.

De acuerdo con The Herald, los médicos tuvieron que amputarle un brazo por debajo de la muñeca y el otro a la altura del antebrazo. La víctima fue trasladada en avión a Canadá para recibir tratamiento especializado.
El relato del horror
El cuñado de la víctima, identificado como Ralph Chevarie, creó un GoFundMe para apoyar a la mujer anónima de 55 años. Contó que ella acababa de salir de la playa para reunirse con su esposo en las aguas poco profundas cuando el “tiburón se acercó” para darle el primer mordisco en un muslo.
“No satisfecho, el tiburón regresó nuevamente y cuando ella puso ambas manos frente a ella para protegerse, el tiburón le cortó ambas manos, una a la altura del antebrazo y la otra a la altura de la muñeca”, agregó Al Chevarie.

Chevarie dijo que su hermano corrió a ayudar a su esposa, logró alejar al tiburón y se puso entre los dos hasta que ella llegó a la orilla, donde se desplomó.
“Mientras disfrutaban de lo que se suponía que serían unas vacaciones relajantes, mi cuñada y su esposo, mi hermano, vivieron lo que sólo puede describirse como una pesadilla”, dijo.
El gobierno local del territorio insular británico de ultramar dio otra versión de lo ocurrido y dijo que “el turista había intentado interactuar con el animal desde las aguas poco profundas en un intento de tomar fotografías”.

Las autoridades aún identificaron con certeza la especie del tiburón involucrado en el ataque, aunque se sospecha que podría tratarse de un tiburón toro, una de las especies más agresivas.
La mujer no es la única canadiense mutilada por un tiburón en aguas de Turcas y Caicos.
En mayo de 2024, Lucas Arsenault estaba haciendo esnórquel desde un barco cuando, sin que nadie lo provocara, un gran tiburón le atacó la pierna. Según una campaña de GoFundMe en su ayuda, el kitesurfista profesional logró escapar y fue trasladado a un hospital local, donde le amputaron la pierna derecha por encima de la rodilla.

El joven de 27 años le dijo más tarde a CBC que podía sentir su piel desgarrarse cuando el tiburón lo mordió y fue tan poderoso que “pudo escuchar los huesos romperse instantáneamente”.
“Mi pierna era una galleta”, contó.
Con una prótesis en la pierna y tras una rehabilitación considerable, Arsenault ya jugaba al golf en verano y volvió a subirse a su tabla de kitesurf en septiembre. En noviembre, él y su familia regresaron a las islas y se comprometió con su novia.