Apenas pasadas las 10 de la noche, Olivia Rodrigo (22) se encargó de cerrar, no solo el día 3, si no toda la edición 2025 del festival Lollapalooza Argentina que este año cumplió 10 años en nuestro país.
Luego de ver pasar artistas como Nathy Peluso, Benson Boone y hasta Tan Biónica, finalmente llegó el turno de la cantante estadounidense, quien mezcló la sensualidad, el pop y el rock con baladas románticas y de desamor, en un espectáculo que convocó a la multitud de personas más grande que vio esta edición del festival.

Con un conjunto de dos piezas de cuero rojo, Olivia apareció en el escenario demostrando por qué merecía ser la headliner principal de Lollapalooza. A puro pop rock – el género que la define – arrancó con Obsessed y siguió con Ballad of a homeschooled girl, siempre con una guitarra eléctrica en mano, cantándole a la cámara y sin miedo a mostrarse sexy: toda una rockstar.
Con banda femenina
Durante todo el espectáculo, Rodrigo estuvo acompañada por una banda en vivo y un grupo de bailarinas, ambos compuestos en su totalidad por mujeres. Sin embargo, para la desgarradora Vampire, quedó sola en el escenario junto a su micrófono.

Sin miedo a los insultos, luego soltó: “¡Cómo están Argentina! Santa mierd… (holy fucking shit). Creo que nunca vi a tanta gente junta. Me siento tan agradecida por estar aquí esta noche, mi primera vez en Argentina. Por ese motivo, tendríamos que divertirnos como sea posible”.
En ese momento, un piano violeta – el color que la caracteriza – apareció en el escenario y la artista comenzó a tocarlo para darle pie a la balada que cambió un antes y un después en su carrera y sin duda la catapultó como artista: Driver’s license.
Sin embargo, semejante euforia provocó en sus fans que, en medio de la emoción y lágrimas que provocó en el público, el show fue suspendido por 12 largos minutos por cuestiones de seguridad, ya que la gente estaba muy abarrotada contra las vallas que daban al escenario.
Intentando recomponer el ánimo, entonó Traitor para luego volver a cambiar la energía con Bad idea right? y Love is embarassing, canción para la que corrió, gritó, sacudió su cabeza y pelo y hasta gateó por el escenario a puro rock y sensualidad.

Como lo hizo a lo largo de todo el show, Olivia volvió a cambiar de canciones más animadas a unas baladas como Pretty isn’t pretty, Enough for you y Lacy. Para las mismas, en lugar de correr por el escenario, realizó coreografías más dulces, como cantar arrodillada desde el piso, sobre una plataforma rodeada por bailarinas que movían unas telas y terminar rodeada por ellas en un emotivo cierre.
“¿Se están divirtiendo? ¿Vieron a Benson Boone cantar antes de mí? ¿Hizo una vuelta? Yo no puedo dar una vuelta, perdonen”, le dijo al público la joven de 22 años, haciendo referencia al artista en ascendencia que ya se había mostrado viendo el show de su colega y que suele realizar piruetas en sus espectáculos.

Elogios al pùblico
Con la energía nuevamente en la intimidad entre Olivia y sus fans, la artista le dio pie al cover que realizó de Don’t speak, tema de la conocida banda No Doubt que lideró Gwen Stefani en la década de los 80.
“Son el público más cariñoso del mundo. Me hacen sentir mucho amor, desearía que pudiera ver lo que veo, se ven increíble”, atinó a decir la intérprete sobre los alaridos al ritmo del clásico “olé, olé, Olivia…”.

Así decidió contarle al público el significado detrás de la siguiente canción, que escribió mientras estaba conociendo a su actual novio, el actor británico Louis Partridge, con quien ya lleva dos años de relación.
“Escribí esta próxima canción cuando me estaba enamorando por primera vez de un chico de un país diferente al mío. Sus costumbres me parecían tan geniales y su acento me resultaba muy atractivo. Supongo que me gustaría dedicar esta canción a todos los chicos argentinos lindos con sus acentos argentinos tan encantadores”, dijo, provocando una eufórica interpretación de So American.

Así, Olivia volvió a turnar Jealousy, jealousy, para la que volvió a convertirse en una rockstar y escribió “I love you (te amo)” con labial rojo en un piso filmado desde abajo por las cámaras, con otro tema más lento: Favorite crime.
La energía volvió a subirse con Teenage dream y luego otro de sus principales hits, Deja vu. Impulsada por la emoción, Rodrigo recorrió el escenario de un extremo al otro, incitando a su público a cantar con más fuerza. La reacción no se hizo esperar: miles de voces se unieron en un coro ensordecedor, justo antes de que las luces se apagaran por completo.

Tras el falso final, el escenario volvió a encenderse pero, esta vez, con llamas de fuego en las pantallas, música a puro rock y riffs de guitarras eléctricas que le dio pie a la enérgica Brutal, seguida de All-american bitch, para la que Rodrigo le pidió al público que piensen en algo que odian y así lanzar un grito aturdidor.
Con el cierre del espectáculo cada vez más cerca, la joven le pidió a sus fans que “se vuelvan completamente locos” para el final. Totalmente descontrolada, Olivia cantó Good 4 u junto a las voces de todo el público.

Así, la cantante fue elevada al cielo por una plataforma y, a través de su clásico megáfono, empezó a gritar Get him back! ante un público que se bañaba de luces violetas y papelitos que tenían escritas frases de distintas canciones propias.
Antes de irse del escenario y mientras la baterista realizaba un último solo, Olivia agitó los platillos una última vez y arrojó los palillos al público, así dándole cierre al festival.