Giselle Ferrero es la mujer que le pone el cuerpo todos los días al refugio multiespecie Las Renatas en Virrey del Pino (La Matanza). Pasaron por tres mudanzas cargadas de estrés e incertidumbre, pero la directora del refugio asegura: “Nunca pensé en dejarlo, siempre pensé en cómo seguir adelante a pesar de todo”.
“Yo abrí las puertas de mi casa para que lleguen animalitos que estaban muy graves y poder ir curándolos y darlos en adopción”, explica la directora de Las Renatas, refugio que se especializa en animales con discapacidad. Cuida a unas 2100 especies, entre ellas perros, gatos, cerdos, caballos, vacas, loros, cabras…
Cuando el patio de su hogar le quedó chico, lograron conseguir una casa para mudarse en el barrio de Villa Madero, casa que Giselle define como “la casa del terror”.
En 2016, se vieron forzadas a mudarse de vuelta cuando no le quisieron renovar el alquiler. Después de mucho buscar, logran contactarse con una vecina de Escobar. “Esta señora nos dona su casa a cambio de cuidar sus 11 perros, nosotros aceptamos hacernos cargo ”, explica Giselle.
“Al poco tiempo empezaron los problemas tanto con la señora que nos había donado el predio, como con el municipio de Escobar”, añade la directora del Refugio sobre la situación que las obligó a tener que mudarse a Virrey del Pino, en 2018. “Cuando me sentí avasallada por la situación salí a contarlo en las redes y una compañera ubico el terreno donde estamos ahora y pudimos comprarlo”, añade.
El refugio ´Las Renatas´, tiene lugar para todos, desde perros hasta vacas. Todas las mudanzas y el estrés que le generaron, significaron un costo para la salud de Giselle. “Un día me encontré en la calle desorientada yendo a un lado que yo sabía dónde era y empecé a dar vueltas con el auto sin poder llegar y ahí me di cuenta que había colapsado”, explica.
Además de las mudanzas, el Refugio vive con la incertidumbre constante de no saber si va a ser capaz de afrontar todos los gastos a fin de mes. “Económicamente nos sostenemos por donaciones y por gente que aporta, no hay empresas que nos ayuden”, explica la directora de Las Renatas. Y concluye: “Si hay algo que no tenemos en el refugio es estabilidad, no logramos un piso nunca”.
Hoy, el refugio alberga mas de 200 animales.Se puede colaborar con el refugio mediante donaciones económicas o de insumos. “Cualquier cosa que se les ocurra que pueda servirle a un animalito, nosotros les decimos que sí”, enfatiza Giselle. En ambos casos, para coordinar se contactan mediante sus redes sociales (@refugiolasrenatasoficial).
Cuentan también con un staff de voluntarios que se encarga de las tareas de mantenimiento del predio y cuidado de los animales.
Se puede ayudar al refugio donando, adoptando o siendo voluntario. “Pocas personas se animan a adoptar a un animal con alguna discapacidad, es verdad que es difícil pero no es imposible”, explica Giselle sobre las dificultades que presenta la adopción de animales discapacitados. Agrega también que en un mes tienen, en promedio, dos adopciones. “Es verdad que también juega el factor económico, los gastos de un animalito enfermo suelen ser más elevados y no todos pueden afrontarlos”, concluye.
Aquellos que estén interesados en adoptar se deben contactar con el refugio mediante sus redes sociales y completar el formulario que tiene como objetivo conocer a la familia adoptante. “Lo que si solicitamos es fotos y videos de las medianeras y el frente de la casa para asegurarnos que el animalito no se pueda escapar”, señala la directora del refugio.
“La otra cosa que pido es una foto de donde va a dormir el perro”, agrega Giselle, sobre uno de los requisitos a la hora de adoptar. “Nosotros queremos que si se van del refugio sea para vivir en un lugar mejor”, concluye.