Juan Carlos Pintos (72), un médico clínico con 42 años de experiencia, fue el encargado de decirle a la familia de Diego Armando Maradona (60) que el “Diez” había muerto. Luego de intentar reanimarlo, aquel mediodía del 25 de noviembre de 2020, se dirigió hasta donde se encontraban las tres hijas, Dalma (37), Gianinna (35) y Jana (28); y la ex esposa Claudia Villafañe (63), a quien les comunicó la triste noticia.
“Empezaron a decir que no, que había que llevarlo a una clínica. No podían aceptar que había muerto”, recordó el médico al declarar esta tarde frente a los jueces Maximiliano Savarino, Julieta Makintach y Verónica Di Tommaso del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro.
Pintos fue el primer médico que llegó a la casa del lote 45 del barrio privado San Andrés, en Benavídez. Estaba a cargo de la ambulancia de la empresa Más Vida. Cuando llegó, por pedido de un código rojo, Maradona ya estaba siendo reanimado por la enfermera Dahiana Gisela Madrid (44), el custodio Julio Coria y el vecino y el médico Colin Campbell Irigoyen (48).
“Entramos a la casa, una persona le hacía compresiones en el pecho y otra respiración boca a boca. Desplegamos nuestro equipo en la cama y continuamos con la reanimación. No le pudimos hacer una traqueotomía porque tenía mucha rigidez y cuello corto. Vimos que no tenía actividad eléctrica pero por protocolo se sigue dando oxigeno. Hicimos 20 minutos más de reanimación pero el paciente tenía signos de muerte, así que frenamos el protocolo”, recordó.
Ante la pregunta del abogado Nicolas D’Albora, que defiende a Nancy Edith Forlini, la coordinadora de la prepaga, por una diferencia en la declaración que dio durante la etapa de investigación de la causa, Pintos dijo que la rigidez la notó después de la reanimación que le practicaron entre 40 y 45 minutos.
Luego, salió de la habitación y se dirigió a los familiares de Maradona, que esperaban en el parque, según declararon todos los testigos que estuvieron en el lugar. Al escuchar la respuesta de toda la familia de no creer que había muerto, el médico ingresó nuevamente a la habitación.
“Volví a entrar. Había siete médicos de otras ambulancias. Estuvimos reanimándolo unos 10 minutos hasta que salí y les dije ‘ya está muerto, no hay otra cosa para hacer’”, indicó.
Una vez finalizadas las tareas de reanimación, los médicos presentes constataron el horario de muerte aproximadamente a las 13.15, según recordó. “No es la hora que murió el paciente sino la hora que yo determino que está muerto”, aclaró.
Al ser consultado por el fiscal general adjunto de San Isidro Cosme Iribarren sobre cuánto tiempo cree que Maradona llevaba muerto, Pintos no dudó y dio sus razones médicas.
“Hace más de dos horas que estaba muerto, por varias razones: por los signos de rigidez cadavérica, que se incrementa y manifiesta a partir de las dos horas; los signos de estasis sanguínea porque lo dimos vuelta a ver si no tenía heridas de bala o de arma blanca. Eso se hace por protocolo”, aseguró.