“Pérdida de competitividad por el aumento de la presión impositiva y de los costos productivos”. Esta fue la conclusión a la que llegó Néstor Roulet, productor cordobés y ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), sobre por qué el margen bruto de la soja es negativa esta campaña mientras el valor del cultivo aumentó un 86% en dólares desde el 2002, cuando se reinstalaron las retenciones.

En concreto, el productor planteó que mientras el ingreso bruto del productor aumentó en dólares un 86%, las retenciones por hectárea aumentaron un 106%, los costos directos (Insumos, labores y seguros) aumentaron un 176%, los costos Indirectos (Cosecha, flete y comercialización), aumentaron un 139% y los alquileres aumentaron un 180%.

En 2002 la soja valía US$ 198 por toneladas y el margen bruto de la hectárea alcanzaba los US$ 143, lo que generaba una rentabilidad del 37%. Mientras que ahora, con la oleaginosa a US$ 368, el productor pierde 6,35 dólares por hectárea y le da rentabilidad negativa de 0,67%.

“A pesar de un aumento del 86 % en el precio FOB de la soja desde año 2002, el productor en la actualidad tiene margen negativo”, advirtió Roulet.

Según el expresidente de CRA, en el año 2002, el sector agropecuario a pesar de tener bajos precios de los granos a nivel internacional, la buena relación cambiaria después de la devaluación del 2001, convirtió al sector en uno de los más competitivos.

“Esta competitividad se vio parcialmente dañada al imponerse nuevamente las retenciones a los granos, por parte del entonces Presidente Eduardo Duhalde, previa promesa de eliminarlas en pocos meses, cosa que no sucedió hasta la actualidad. Mediante el decreto 310/02 de febrero del 2002 se fijó en un principio un derecho de exportación para la soja del 13,5%, que a partir de abril se lo subió al 23,5%2, recordó..

Desde ese momento, apuntó, la presión impositiva al sector se fue incrementado en forma constante, llegando al 33 % en marzo del 2020, bajando al 26 % en forma temporal en la actualidad.

“A pesar del aumento internacional de los granos, la competitividad de la soja fue decayendo desde el 2002 hasta la actualidad por el aumento de la presión impositiva y de los costos productivos. En un país cada vez más cerrado, con intervenciones en los mercados, con proveedores de insumos concentrados, industrias de maquinarias protegidas, con infraestructuras productivas destruidas hicieron que tanto los costos directos, como los indirectos aumentaran en forma desproporcional”, señaló.



Fuente Clarin.com

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