Durante la última década, los investigadores han encontrado asociaciones entre los alimentos ultraprocesados ​​y afecciones como las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2, la demencia senil y algunos tipos de cáncer.

Ahora, se añade la enfermedad de Parkinson a esa lista. En un estudio publicado el miércoles en la revista Neurology, investigadores de Estados Unidos y China informaron que las personas que consumían muchos alimentos ultraprocesados ​​eran más propensas a desarrollar signos tempranos de la enfermedad que quienes consumían menos.

El hallazgo constituye una asociación, no una prueba de que los alimentos ultraprocesados ​​causen la enfermedad de Parkinson, afección progresiva e incurable que se caracteriza por temblores, rigidez muscular y otros síntomas.

Sin embargo, estudios como éste son fundamentales para encontrar vínculos entre lo que comemos y las enfermedades neurológicas, dijo Silke Appel Cresswell, neuróloga del Centro de Investigación del Parkinson del Pacífico de la Universidad de la Columbia Británica, quien no participó en el estudio. Ya se estableció que lo que comemos influye en el desarrollo de enfermedades como las cardíacas, afirmó, pero “estamos avanzando” en cuanto a cómo afecta la salud cerebral. “Aquí es donde debemos empezar”, enfatizó.

Los resultados del nuevo estudio

Los alimentos y las bebidas ultraprocesados ​​son aquellos elaborados con ingredientes que no se encuentran habitualmente en una cocina doméstica. Esta categoría, que incluye gaseosas, carnes procesadas y muchos snacks, representa más de la mitad de las calorías que consumen los adultos en Estados Unidos.

Para el estudio, los científicos investigaron si existía una asociación entre el consumo de estos alimentos y la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson. Estos incluían estreñimiento, actuar el contenido de los sueños al dormir, menor capacidad olfativa, dificultad para distinguir colores, depresión y somnolencia diurna.

Los investigadores analizaron datos de cuestionarios sobre dieta de casi 43.000 profesionales de la salud de los Estados Unidos desde mediados de la década de 1980 hasta mediados de la década de 2000. Cada dos a cuatro años, se interrogó a los participantes, la mayoría de raza blanca, sobre los tipos y las cantidades de alimentos que consumían habitualmente. A partir de 2012, también informaron sus síntomas.

Los investigadores descubrieron que los participantes que consumían más alimentos ultraprocesados ​​tenían aproximadamente 2,5 veces más probabilidades de presentar al menos tres síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson, en comparación con quienes consumían menos.

Si una persona presenta estos síntomas, no significa que vaya a desarrollar la enfermedad, pero puede indicar cambios cerebrales que podrían llevar a un diagnóstico años después, explicó Alberto Ascherio, profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y autor del estudio.

En una investigación anterior, Ascherio y sus colegas descubrieron que los hombres mayores que presentaban tres síntomas tempranos de Parkinson (estreñimiento, actuación de los sueños y disminución del olfato) tenían 23 veces más probabilidades de tener un diagnóstico de Parkinson tres años después, en comparación con los hombres que no los presentaban.

Appel Cresswell señaló que el estudio era sólido debido a su magnitud, duración y uso de datos de dieta detallados recopilados durante décadas. Es importante investigar los primeros signos de la enfermedad de Parkinson, afirmó, para comprender cómo los cambios en el estilo de vida podrían retrasar o prevenir la enfermedad.

Sin embargo, el estudio tuvo algunas limitaciones, agregó Appel Cresswell. Añadió que le hubiera gustado ver datos sobre el consumo de alimentos ultraprocesados ​​y los diagnósticos reales de la enfermedad de Parkinson. Ascherio indicó que él y sus colegas están investigando eso actualmente.

Appel Cresswell también señaló que los datos sobre dieta, aunque detallados, fueron proporcionados por los propios participantes, por lo que podrían no reflejar con exactitud qué y cuánto comían. Además, otros factores que no se incluyeron en el estudio, como los hábitos de sueño de los participantes, también podrían haber afectado su riesgo de presentar síntomas de Parkinson.

Los alimentos ultraprocesados y ​​el cerebro

¿Cómo podría el consumo de alimentos ultraprocesados ​​aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson? Esa es “la pregunta del millón”, planteó Ascherio. Quizá ciertos aditivos de los alimentos ultraprocesados ​​o las sustancias químicas de sus envases causen inflamación, daño celular o cambios en el microbioma que eventualmente dañan las células cerebrales.

También podría ser que las personas que consumen más alimentos ultraprocesados ​​estén dejando de consumir otros más saludables, como frutas, verduras y legumbres, que son ricas en fibra, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, apuntó Puja Agarwal, epidemióloga nutricional de la Universidad Rush en Chicago, quien tampoco participó en el estudio. Las investigaciones indican que seguir una dieta que priorice estos alimentos, como la mediterránea, se asocia con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson.

Lo que se necesita ahora, afirmó Appel Cresswell, son ensayos clínicos con personas que presenten signos tempranos de enfermedad de Parkinson o que tengan un diagnóstico de Parkinson, para ver si adoptar una dieta más saludable puede prevenir o retrasar la enfermedad o ralentizar su progresión. Pero, dado lo que ya sabemos, , consumir menos alimentos ultraprocesados ​​sólo ofrece beneficios.

The New York Times. Especial para Clarín

Traducción: Elisa Carnelli



Fuente Clarin.com

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