En un giro inesperado, un grupo de investigadores logró acceder a una región oculta bajo el hielo antártico luego del colapso de una enorme plataforma de hielo. Lo que encontraron allí sorprendió incluso a los más experimentados científicos: un ecosistema marino que había permanecido intacto por décadas, e incluso siglos.

El hallazgo fue posible gracias a un accidente geográfico. En enero pasado, un iceberg de las dimensiones de la ciudad de Chicago se desprendió de la capa de hielo, permitiendo así que los investigadores accedieran a una zona que hasta ese momento se encontraba fuera de su alcance.

El equipo del Instituto Oceanográfico Schmidt, que en un principio tenía otro objetivo de estudio, no dudó en modificar sus planes cuando se presentó esta oportunidad única. La Dra. Patricia Esquete, codirectora de la expedición y científica del Centro de Estudios Ambientales y Marinos (CESAM) de la Universidad de Aveiro, en Portugal, expresó su asombro por el inesperado hallazgo.

“Aprovechamos la oportunidad, modificamos nuestro plan de expedición y nos lanzamos para observar lo que sucedía en las profundidades”, explicó la investigadora. Además, agregó: “No esperábamos encontrar un ecosistema tan hermoso y próspero. A juzgar por el tamaño de los animales, las comunidades que observamos llevan décadas allí, quizás incluso cientos de años”.

Durante ocho jornadas intensas de investigación, los científicos descendieron hasta los 1.300 metros de profundidad, documentando una biodiversidad impresionante. Entre los hallazgos se destacan enormes corales, esponjas, peces de hielo, arañas marinas gigantes y hasta pulpos, lo que confirma la existencia de un ecosistema marino próspero bajo el hielo.

Los investigadores creen que podrían haber encontrado nuevas especies desconocidas hasta el momento. El descubrimiento no solo aporta información sobre la vida en condiciones extremas, también abre la puerta a futuras investigaciones sobre cómo estos organismos lograron sobrevivir en semejante aislamiento.

La Dra. Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Instituto Oceanográfico Schmidt, destacó la magnitud de esta oportunidad: “Estar presente cuando este iceberg se desprendió de la plataforma de hielo representó una oportunidad científica excepcional. Los momentos fortuitos forman parte de la emoción de la investigación en el mar; ofrecen la oportunidad de ser los primeros en presenciar la belleza intacta de nuestro mundo”.

Este hallazgo reafirma la importancia de la exploración científica en zonas remotas y desconocidas del planeta. Lo que se esconde bajo los hielos antárticos podría tener claves fundamentales para comprender la evolución de la vida en la Tierra y los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas más vulnerables.



Fuente Clarin.com

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