El ministro de Economía agitó el avispero cambiario al anticipar que tiene previsto una disposición para que se puedan usar los dólares del “colchón” para comprar electrodomésticos, autos, motos o “lo que sea” “sin dar explicaciones” sobre el origen de los fondos.

Juan Barca en Clarín anticipó que ese virtual nuevo blanqueo de fondos sin costo será hasta los US$ 100.000 apuntando a que salga de los refugios aunque sea una parte de los US$ 170.000 millones que se calcula está en en los colchones de los argentinos.

Tanto Luis Caputo, como después el director del Banco Central Federico Furiase destacaron que la medida tendrá como objetivo principal la de aumentar la oferta de divisas para garantizar la estabilidad cambiaria y apostar a una baja de la inflación.

Un supuesto aumento de la oferta para que el precio de la divisas se mantenga dentro de la banda ($1.000/$1.400) podría aumentar la presión para que el dólar oficial de $1.215 baje al piso profundizando el proceso de apreciación cambiaria que impulsa con fuerza el gobierno en estos días.

Caputo diciendo que la Argentina “barata” en dólares se terminó apoyado en el respaldo de los desembolsos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial marca el horizonte cambiario, por lo menos, hasta las elecciones legislativas de octubre o hasta que termine la liquidación de la cosecha gruesa.

Dólares, de FMI, del Banco Mundial, de las exportaciones del campo en el “trimestre dorado” y bajo la amenaza del presidente Javier Milei de que si no liquidan lo suficiente en julio volverá a subir las retenciones a las exportaciones y ahora con la perspectiva que aparezcan más de los que están en los colchones.

La dinámica consolida la idea de que el país vuelve aceleradamente a un esquema de apreciación cambiaria pero ahora con menos pesos circulando.

El superávit fiscal y la ausencia de compra de dólares por parte del Banco Central (no se emiten pesos por esa vía) reducen la liquidez en pesos del mercado, un resultado que el gobierno ahora impulsa para favorecer la circulación de dólares.

Tal es la confianza que se tiene el gobierno en materia cambiaria que Furiase y el asesor de Caputo, Felipe Núñez, avanzaron con dos definiciones importantes sobre el grado de apuesta de corto plazo del Ministerio de Economía.

Furiase dijo que el gobierno no necesitará salir al mercado a buscar dólares para pagar la deuda porque los tiene asegurados para todo 2025.

En ese sentido, Núñez desestimó que la Argentina pueda volver a los mercados internacionales este año (la tasa de riesgo país deberá bajar de los 741 puntos actuales a menos de 500 puntos) y agregó que para cumplir con la meta de acumulación de reservas comprometida con el FMI (US$ 9.000 millones hasta fin de año) el gobierno podría colocar bonos para conseguir los dólares que el Central no logre comprar.

El equipo económico insiste con la decisión del Presidente de que el Banco Central no compre divisas hasta que el dólar de $ 1.205 baje a $1.000. un objetivo muy ligado a no generar pesos y a aquietar los precios de los productos exportables.

El esquema está destinado en el corto plazo, lo ratificó Furiase, a contener la inflación después de que el 3,7% de aumento del costo de vida de marzo encendió luces amarillas en el tablero de control de Economía.

El cambio de un esquema cambiario con el dólar subiendo al 1% mensual a otro, flotante pero sin intervención del Central dentro de la banda, abrió el interrogante sobre si sería el Tesoro el comprador de divisas en el mercado.

Fue Núñez el encargado de desmentir esa posibilidad ratificando que tampoco el Tesoro intervendrá si el dólar se encuentra dentro de la banda.

Los resultados de las experiencias de apreciación cambiaria por períodos más o menos prolongados son conocidos y preocupantes para los perdedores.

El gobierno incentiva ahora las compras de productos con altos componentes de dólar (barato) como son electrónicos, autos y motos en detrimento de otros sectores clave como el campo o la construcción.

La intención de jugar a fondo en el intento de contener la inflación presenta como costo el desincentivo del Central a acumular reservas en el mejor momento del año en materia de liquidación de exportaciones. Ya se escuchan voces de alerta.

El ex ministro Domingo Cavallo le recomienda al gobierno que compre dólares antes de que el precio toque el piso de la banda, o sea antes de los $1.000 porque eso va a “ayudar a sostener la desinflación”.

La idea de que el gobierno no compre dólares hasta que el precio baje al mínimo previsto en la banda encierra un factor de incertidumbre para el mercado, aún cuando los funcionarios de Economía puedan demostrar que el financiamiento para 2025 lo tienen asegurado.

Fue hace muy poco que el Banco Central operaba con reservas netas negativas y fue uno de esos fundamentos el que impulsó al gobierno a implementar un nuevo sistema en el entendimiento de que el anterior no le generaba dólares.

Después llegó el desembolso del FMI y barrió con el fantasma de la escasez, un resultado que el gobierno conoció en 2024 con la sorpresa del blanqueo. Recrear aquel escenario es un sueño del gobierno.



Fuente Clarin.com

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