Estaba en Kansas con su equipo de patinaje con el que iba a viajar esa noche hacia Washington después de participar en un torneo sobre hielo en Wichita. El asiento que le había tocado era el 61, pero no era solo para él, sino también para su perrito.
Anoche llegó al aeropuerto con sus compañeros, entrenadores y sus familiares. Todos hicieron el check-in sin problema, pero cuando llegó su turno, las autoridades de la aerolínea le dijeron que no podía subir al avión. Maravilla no entendía nada.
El problema era su perro: le dijeron que no podía subir al avión con él. “Era nuestro vuelo de regreso, no entendía por qué de repente ya no era posible traer a mi perro”, dijo el patinador a la agencia rusa Ria Novosti.
Maravilla no tuvo más alternativa que irse del aeropuerto y viajar en auto hasta Washington, porque dejar a su perro no era opción. “No podía dejarlo atrás, así que decidimos conducir por carretera”, dijo. Pero sin saberlo, su perro y las políticas del aeropuerto, le estaban salvando la vida.
Horas más tarde, se conoció la noticia del trágico accidente. El avión que viajaba desde Kansas hasta Washington con 60 pasajeros y cuatro tripulantes chocó contra un helicóptero Sikorsky UH-60 Black Hawk del ejército estadounidense. Ocurrió cuando estaba llegando al Aeropuerto Nacional Reagan y tras el impacto, cayó en el río Potomac. Las autoridades descartaron que haya sobrevivientes.
Se trataba del vuelo 5342 de American Airlines, en el que iban sus 14 compañeros, y del cual uno de esos asientos había comprado. En el avión también iban otros equipos que participaron del torneo, entre ellos los excampeones del mundo rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov. “Lamentablemente, nuestros conciudadanos estaban allí”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
John Maravilla está en pareja con una conocida patinadora llamada Saya Carpentedet. Por los momentos no se sabe si ella también formaba parte del equipo que estaba en ese avión.