Era creer o reventar. Como había anticipado Clarín en exclusiva, Adrián Martínez no se iba a perder el clásico. Por más que arrastrara un edema óseo en el platillo tibial interno de la rodilla derecha, su fe era más fuerte que el dolor. Y con 35 goles en 55 partidos como antecedente, Gustavo Costas le dio la titularidad. No pudo convertir ante Rodrigo Rey. Tuvo una muy clara en el primer tiempo, pero el arquero mostró toda su categoría para tapar el mano a mano.

“Me causaba gracia que dijeran que hablé con Dios y me dijo que juegue… La fe no es así. Obviamente, Dios no bajó a hablarme a mí. Yo tengo fe, creo en Jesucristo que siempre hizo milagros en toda la Biblia. Tenía una fisura en la rodilla, tenía como para 40 días me habían dicho los doctores“, explicó Maravilla tras el partido.

Le creí a Dios que podía hacer un milagro, que podía sanar mi hueso, y automáticamente dije que estaba sano, porque la fe es eso. De un día para el otro, Dios me sanó, la fe es eso. Eso es lo importante. Hoy quería hacer un gol, era muy importante para nosotros ganar el clásico. No se dio”, continuó el goleador.

“Creo que fue justo el empate. El primer tiempo fue para nosotros, el segundo para ellos, podríamos haber hecho un gol más, pero hay que seguir mejorando”, cerró.

Martínez se lesionó el 20 de febrero ante Botafogo en Avellaneda. Esa noche, en la primera final de la Recopa Sudamericana, chocó con Daniel Barboza y se fisuró la rodilla. Fue en el epílogo del partido. En la revancha, la lesión se agravó por el césped sintético del estadio Nilton Santos.

Costas no utilizó al delantero en los partidos contra San Lorenzo y Huracán, dos derrotas que pegaron duro en la Academia. Volvió en la tarde del domingo frente a Independiente y se cortó la racha de caídas en el campeonato.

Con Maravilla en la cancha, Racing ganó 34 partidos, empató 8 y perdió 14, una eficacia del 66%, nada menos. El equipo hizo 107 goles y casi el 30% fue marcado por el artillero nacido en Zárate.

Sin Martínez, la Academia obtuvo 4 victorias, un empate y lamentó seis derrotas. El porcentaje desciende a 33 puntos.

Racing jugó con la presencia de su máximo artillero hasta minutos antes del inicio del clásico. Entonces, desde las redes sociales se publicó un posteo con el escudo y la camiseta del “9”. En cuanto a su rendimiento, no pudo rematar con su pierna más hábil. Casi todas fueron jugadas de zurda, incluso su pase hacia Maximiliano Salas en la acción que derivó en el gol de Gastón Martirena.



Fuente Clarin.com

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