Para muchísimas personas, en casi todo el mundo, el teléfono móvil es una prolongación de su propio cuerpo. Porque el celular tiene muchas funciones: tomar fotos, participar en redes sociales, realizar transacciones bancarias o cumplimentar trámites.
Claro, el pequeño teléfono también sirve para comunicarse con otras personas, ya sea a través de WhatsApp (mensajitos o audios) o a la vieja usanza, hablando de manera directa.
Al estar conectados todo el día, escuchamos tonos de llamada o todo tipo de pitidos que avisan, por ejemplo, que alguien acaba de actualizar su participación en uno de los tantos grupos de WhatsApp.
Estas notificaciones generan estrés y por eso cada vez son más las personas mantienen el móvil en modo Silencio. Esto podría tener un significado desde el punto de vista psicológico.
En primer lugar, conviene saber que uso excesivo del celular ya se ha convertido en un problema de salud mental. Un estudio de la Universidad de Extremadura (España) entre 1.200 estudiantes, reveló que está relacionado con un aumento significativo de la ansiedad y la depresión. Es uno de los pocos estudios significativos sobre las consecuencias de estar todo el día “pegado” al teléfono. Pero indicaría que, un primer paso para establecer límites es apagar o al menos silenciar el dispositivo.
Los psicólogos ven en este comportamiento un mecanismo para evitar la sobrecarga que provoca la continua exposición a la pantalla y a las notificaciones. Y una manera de tratar de recuperar el control sobre la vida diaria. Para destacar: fueron los más jóvenes quienes hace unos cinco años comenzaron a reducir las llamadas y optar por los mensajes de texto para comunicarse.
El sitio Su Médico asegura que “las personas que mantienen su teléfono en silencio tienden a valorar el enfoque y el trabajo profundo”. Agrega que “si los sonidos de notificaciones constantes interrumpen tu atención, es difícil entrar en un estado de flujo, ese momento en el que estamos completamente inmersos en una tarea”.
“Silenciar el teléfono no solo reduce las distracciones, sino que también fomenta un equilibrio entre la vida laboral y personal, permitiendo a las personas decidir cuándo y cómo responder a las demandas externas”, indica el sitio.
Por otra parte, asegura Su Médico, “si eres una persona introvertida, es muy probable que tengas tu teléfono en silencio. Más que evitar la comunicación, estas personas valoran las interacciones significativas en sus propios términos”.
Silenciar el teléfono también puede ser señal de alto nivel de inteligencia emocional, rasgo que se traduce en una mayor consideración por el bienestar de los demás, ya que permite ser consciente del impacto que tienen las notificaciones constantes.
“Las personas que mantienen su teléfono en silencio pueden ser autosuficientes y sentirse cómodas con la soledad, porque no dependen de estímulos externos constantes para sentirse conectadas o validadas”, asegura el sitio.
En síntesis, desde una perspectiva psicológica, mantener el teléfono en silencio puede ser también una forma de retomar el control sobre el propio tiempo y energía. “En lugar de permitir que los mensajes y las notificaciones dicten sus acciones, quienes hacen esto deciden cuándo y cómo interactúan con su teléfono. Este rasgo es especialmente común en personas con roles de alta presión o en líderes que buscan manejar el estrés y optimizar su productividad”.