suma servicios premium, como masajes, peluquería, maquillaje y sesiones fotográficas

Desde Los Ángeles, el CEO y cofundador de Airbnb, Brian Chesky, anunció una renovación profunda de la plataforma. Además de ser la herramienta más popular para encontrar alojamiento alternativo, Airbnb ahora busca competir directamente con las cadenas hoteleras ofreciendo servicios premium para vacaciones, bodas o lunas de miel. Entre las opciones figuran chefs privados, masajistas, estilistas, y experiencias con celebridades.

Con este cambio, la empresa deja muy atrás los días en que sus fundadores —Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk— improvisaron su primer hospedaje con un colchón inflable en su departamento de San Francisco, en 2007. Ese origen dio nombre a la marca inicial, Air Bed and Breakfast. Hoy, Airbnb cotiza en la bolsa, opera en más de 220 países y ha superado las 2.000 millones de llegadas.

Por primera vez, la plataforma ofrece servicios personalizados para distintas ocasiones y permite contratar amenities típicos de hoteles cinco estrellas directamente desde la aplicación. Se incluyen hasta diez categorías: chef personal, masajes, tratamientos de spa, entrenamientos, peluquería, maquillaje, manicura y sesiones fotográficas con profesionales.

Lo más novedoso es que estos servicios no requieren estar alojados en un Airbnb. Cualquier usuario puede reservar un tratamiento o una sesión en su propia casa, en función de la disponibilidad local. Según Chesky: “La gente elige los hoteles por los servicios y elige Airbnb por el espacio. Ahora, ofrecemos lo mejor de ambos mundos: alojamientos únicos con servicios que los hacen aún más especiales”.

Para facilitar estas opciones, se añadió la nueva pestaña de “Servicios”, donde anfitriones y profesionales pueden ofrecer sus prestaciones. La empresa asegura que todos los prestadores pasan por un proceso de verificación que incluye la evaluación de experiencia, reputación, identidad y licencias. En promedio, agregan, los anfitriones de servicios tienen 10 años de trayectoria.

El segundo gran eje del anuncio fue la expansión del área de Experiencias, que comenzó en 2016. Aunque su impacto inicial fue moderado, Airbnb apostó a propuestas llamativas como pasar una noche en el Moulin Rouge de París, alojarse en la casa de Barbie en Malibú o en una réplica del hogar de la película Up! en Nuevo México.

Este año, las nuevas experiencias incluyen un tour con Axelle Ponsonnet, arquitecta del equipo que restauró Notre-Dame, en París; un taller de ramen con Saburo Ishigōka, chef japonés ganador de estrellas Michelin, en Tokio; o una sesión de moda con Jamie Mizrahi, asesora de celebridades como Adele y Jennifer Lawrence.

Además, bajo la etiqueta “Airbnb Originals”, se ofrecen experiencias únicas con celebridades, como una clase de anime con la rapera Megan Thee Stallion o una jornada de cocina con la chef Raphaelle Elbaz en una panadería icónica de París.

En Buenos Aires, por ahora, la oferta se limita a tours arquitectónicos, recorridas de arte, y talleres de fileteado porteño con Alfredo Genovese, en Caballito, o de cerámica guaraní, en San Isidro.

En esta nueva etapa, Airbnb presenta otras funciones que la acercan más al formato de una red social que a un servicio de alojamiento en línea. La empresa indicó que, para finales de año, los usuarios podrán ver quiénes asistirán a una experiencia antes de reservarla y tendrán la opción de enviar mensajes a otros participantes.

Estas funciones estarán acompañadas de controles de privacidad, y estarán disponibles también para personas que no se hospeden en Airbnb, sino que vivan en el lugar. Nathan Blecharczyk, cofundador y director de estrategia, resumió el enfoque así: “Queremos dar acceso a un hogar temporal, a experiencias locales y únicas, y a una forma de viajar que se recuerde toda la vida”.

Finalmente, la aplicación fue rediseñada desde cero. Ahora permite visualizar todo el itinerario del viaje en la pantalla principal: alojamiento, experiencias y servicios reservados, junto con recomendaciones personalizadas según el destino y los acompañantes. “La forma más auténtica de explorar una ciudad es con los habitantes locales que mejor la conocen”, concluyó Chesky.