Con temperaturas que alcanzaron los 42 grados, comenzó en Sevilla este lunes 30, la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo: Un hito para la cooperación global con la presencia de líderes mundiales, representantes del sector privado y de las agencias de las Naciones Unidas, que debatirá la financiación para el desarrollo.
Los participantes abordarán temas importantes como la deuda, la movilización de recursos, la atracción de inversión privada para abordar problemas como el calentamiento global y la reducción de la ayuda oficial al desarrollo.
En el acto de apertura, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez declaró en Sevilla: “Ha llegado el momento de asumir nuestra responsabilidad, y no hay lugar para la complacencia”.
Asimismo, el rey Felipe VI de España señaló en su discurso inaugural: “Esta ciudad es consciente, como todos los españoles, de la gran trascendencia del mensaje que debe emanar de esta cumbre: un renovado impulso a la Agenda de Desarrollo Sostenible”. ¿Será así?
A pesar del optimismo del rey, la Agenda 2030 y la Equidad parecen haberse convertido en palabras pasadas de moda desde la perspectiva de los gobiernos de Argentina y Estados Unidos relacionándolos con la agenda “woke”.
La IV Conferencia ha consensuado y aprobará al final de esta semana el “Compromiso de Sevilla”, que se compromete a aumentar la financiación mediante la cooperación para el desarrollo y los Estados miembros instan a que la financiación sea más eficaz y multisectorial para impulsar el desarrollo sostenible.
Esto pone de manifiesto la importancia de la eficacia del desarrollo como la otra cara de la moneda en el debate sobre la financiación, garantizando que una no se considere como un sacrificio de la otra, sino que ambas sean esenciales conjuntamente.
Bajo el concepto de “eficacia del desarrollo” se señala una renovada urgencia para impulsar la acción sobre la eficacia de todos los tipos de cooperación para el desarrollo, incluida la cooperación Norte Sur, Sur-Sur y Triangular, la eficacia de los bancos multilaterales de desarrollo y el financiamiento climático.
Podemos identificar dos propuestas que pueden ser innovadoras en relación al financiamiento para el desarrollo: La primera es el alivio de la deuda de los países pobres (sin espacio fiscal). La segunda es la propuesta, que la impulsan los países del bloque de los BRICS es gravar con impuestos en mayor medida a los países más ricos.
A pesar de la no participación de Estados Unidos y de otros países en la negociación del “Compromiso de Servilla”, el lenguaje parece haberse suavizado y apenas se menciona el cambio climático. Sin embargo, puede considerarse un gran avance en términos de participación del sector privado, movilización de recursos y una tributación eficaz, apoyando a los países de ingresos bajos y medios.
En un escenario mundial muy preocupante, donde observamos la disminución de la ayuda oficial para el desarrollo, la pregunta es si ¿Sera Sevilla un nuevo punto de partida? O si por el contrario los gobiernos del norte del global seguirán priorizando sus agendas, mientras que los países del sur global focalizaran sus recursos en los diversos problemas que los aquejan, sin una mirada que promueva la cooperación sus muy variadas formas.
Gabriela Agosto es socióloga, Magíster en Administración Pública y Doctora en Sociología y Ciencia Política. Es decana de la Facultar de Decana de Ciencias Sociales, Educación y Comunicación USAL. Sebastián Tobar es sociólogo, magíster y doctor en Salud Pública, Investigador del Centro de Relaciones Internacionales en Salud CRIS de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil. Asesor de la Asociación Argentina de Salud Pública- AASAP