Daniel es un padre de familia nacido en Bristol (Reino Unido) que vivió una desagradable sorpresa después de morder una tableta de chocolate que había comprado en el supermercado.
Después del primer mordisco se dio cuenta de que algo raro estaba sucediendo: “Sentí algo extraño en mis labios”, relató en unas declaraciones para Newsweek. Después de notar un sabor y una textura inusuales decidió inspeccionar bien la tableta. Dentro encontró un fragmento de plástico que estaba incrustado en el chocolate.
La primera reacción de Daniel fue publicar lo sucedido en las redes sociales. Rápidamente se generó una sensación de preocupación entre los consumidores, que alertaron sobre la gravedad de lo que estaba ocurriendo. El siguiente paso fue contactar con la marca de chocolates para informarles de lo sucedido.
La empresa se disculpó desde el primer momento y dijo que investigaría lo sucedido: “La seguridad y la calidad de nuestros productos es de suma importancia para nosotros y lamentamos esta experiencia. Agradeceríamos la oportunidad de investigar este asunto directamente y le pediríamos a la persona en cuestión que se comunique con nuestro equipo de atención al consumidor para obtener ayuda”, escribieron en las redes sociales.
Daniel celebró no haber sufrido ningún daño pero mostró preocupación por lo que podría haber pasado: “No me ha pasado nada pero un niño podría haber resultado herido”, comentó. El accidente alimentó el debate sobre los estándares de seguridad dentro de la industria alimentaria. Los expertos recomiendan encarecidamente a los consumidores que revisen cuidadosamente los productos antes de consumirlos, especialmente los que están envasados.
Finalmente todo quedó en un susto sin consecuencias mayores, pero nos recuerda la obligación de estar alerta antes de consumir alimentos para nosotros mismos o para los miembros de nuestra familia.