Uno de los proyectos clave de los que habló el Presidente en el Congreso fue la reforma tributaria: “Es imperativo llevar a cabo una reforma impositiva estructural, para así reducir en un 90% la cantidad de impuestos nacionales y pasar a tener únicamente 6 impuestos, terminando con el infierno logístico que implica tributar en Argentina”.

Los seis impuestos que más recaudan son IVA, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, Impuesto a las Ganancias, el Impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), el Impuesto a débitos y créditos bancarios y Derechos de exportación, que suman el 83% de la recaudación total.

Desde el ministerio de economía, comandado por Luis Caputo, confirmaron a Clarín que ya están trabajando en una reforma tributaria, así como lo hizo la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Sin embargo, mantienen bajo siete llaves los detalles del proyecto.

No obstante, Milei dio más detalles en su discurso: “El espiritu de la reforma en la que estamos trabajando es brindarle autonomía fiscal a las provincias en los impuestos que hoy recauda el estado nacional en su nombre”.

El objetivo principal de reformar el sistema impositivo es terminar con impuestos distorsivos, como IIBB y tasas municipales, que gravan una misma venta y tienen efecto cascada sobre el precio final. Esto significa que van pasando parte del impuesto al precio y lo termina pagando el consumidor final.

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El tributarista César Litvin, CEO de Lisicki Litvin & Abelovich, plantea: “En la medida que el superávit fiscal se acreciente, el gobierno puede implementar reducciones impositivas a nivel nacional e impulsar a las provincias para que se sumen a un Pacto Fiscal y bajen los impuestos locales”.

Nadín Argañaraz, titular de IARAF, agrega: “Una de las cuestiones centrales es que la reforma tributaria debería hacerse de manera coordinada entre los tres niveles de poder, cuestión de que el espacio fiscal que deje uno, no lo tome otro. Por ejemplo, si Nación baja impuestos, que no los suban provincias, o municipios vía tasas”.

Este punto fue considerado desde otra lógica por el presidente Milei, ya que en su discurso mencionó: “el estado nacional establecerá un piso mínimo para cada impuesto sustancialmente inferior al total actual y luego las provincias podrán elevarlo a su criterio, lo que indudablemente generará una competencia fiscal entre las provincias que dinamizará así sus economías”.

El Super IVA brasileño

Uno de los proyectos de referencia, que ya tiene un antecedente a nivel regional, es el que se implementa en Brasil desde enero de este año que establece que en 2026 comenzará a regir el nuevo sistema impositivo.

En la práctica se traducirá en dos grandes impuestos sobre el consumo, uno de recaudación nacional, llamado Contribución sobre Bienes y Servicios (CBS) y otro de recaudación local (municipal y estatal -provincial-), que se denomina Impuesto sobre Bienes y Servicios (IBS), por eso al nuevo régimen se lo conoce como Super IVA o IVA Dual.

Estos dos impuestos reemplazarán a cinco grandes tributos distorsivos que existen en el país vecino. Además, se implementará un Impuesto Selectivo (IS), que se aplicará sobre bienes que se consideren nocivos para la salud. Se estima que el IVA en Brasil rondará el 28%, convirtiéndose en el “mais grande do mundo“.

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La reforma es importante para Argentina dado que apunta a bajar los costos de los productos de origen brasileño, y por ende, los hará más competitivos en comparación con los argentinos. Por eso, nuestro país tiene una motivación extra para trabajar en su propia reforma tributaria.

Ya no solo se trata de quitar distorsiones al mercado interno, o de mejorar el poder adquisitivo local, cuestiones más que relevantes, sino también será fundamental para mejorar la competitividad internacional.

El súper IVA no es un concepto nuevo en nuestro país. Ya en octubre pasado, el ex titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Osvaldo Giordano, expuso en el Coloquio de IDEA la posibilidad de trabajar en un Super IVA en Argentina, como una forma de eliminar los impuestos distorsivos.

“A grandes rasgos, el Super IVA brasileño podría funcionar en Argentina pero hay que analizar cómo los IIBB, Sellos y tasas municipales se acomodan a nivel local porque sólo IIBB representa el 82% de la recaudación provincial”, analiza Litvin.

Aplicar este super impuesto implica que el IVA actual aumente, aunque el precio total de los productos disminuiría.

Por un lado, el Super IVA será mayor al IVA porque tiene que incorporar parte de la recaudación que surge de los impuestos distorsivos que ya no se usarán.

Pero por otro lado, los precios finales de los productos ya no tendrán incorporados los porcentajes de IIBB y tasas de seguridad e higiene, entre otros, que ahora se pasan a precio. Entonces, el precio de los productos que pagará el consumidor final debería ser menor al actual.

¿Qué se espera del Super IVA en Brasil?

El sistema tributario de Brasil es un complejo mecanismo de alrededor de 3.500 impuestos, entre los federales, los estatales -provinciales- y los municipales, de los cuales 40 son nacionales, el resto se divide entre los 26 estados y el Distrito Federal, y 5.500 municipios, en los que muchos gravámenes tienen efecto cascada, según el Ministerio de Hacienda brasileño.

Con la implementación del Super IVA se generará un sistema tributario más simplificado, lo cual disminuirá los costos económicos. Por eso, se estima que el ahorro anual de empresas será de 28.000 millones de reales, lo que equivale a alrededor de US$ 4.900 millones.

Pero la implementación de esta reforma no será de un día para el otro, sino que llevará décadas. Mientras que la totalidad de los cambios se completará en 2078, la parte esencial de las medidas generaría impactos reales desde el 2033, momento desde el cual, las empresas tendrán como única obligación la emisión de un documento fiscal electrónico por cada transacción.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Para llegar a implementar este Súper IVA, Brasil pasará por largas discusiones entre los diferentes poderes que lucharán por sus recaudaciones, deberán modernizar y unificar la capacidad tecnológica para implementar una única tributación simplificada y como mayor desafío, tendrán que definir las alícuotas de manera tal que se eviten tratamientos diferenciados.

Los expertos advierten que si Argentina no trabaja en mejorar su competitividad podría verse perjudicada en términos comparativos con Brasil. Por lo que inmiscuirse en este largo proceso reformatorio podría ser fundamental para el país.



Fuente Clarin.com

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