Hay una intensa agenda para resolver, plazos ajustados para concretarlos y excesivas desconfianzas de las partes involucradas. Este sábado se reúne el Congreso del Partido Justicialista bonaerense y uno de los puntos del orden del día es la habilitación formar parte de una alianza electoral. El encuentro será en Merlo, en un complejo sindical seleccionado por el jefe territorial e intendente de ese distrito, Gustavo Menendez.
El formato será dual: habrá dirigentes que participarán de forma presencial y otros virtual, para esta reunión convocada por el presidente del órgano, Maximo Kirchner. El PJ debe inscribir la alianza que conforme el 9 de julio. La denominación de esa coalición -que integrará con partidos que ya acompañan en otras formaciones, como el Frente Renovador, PI, el Frente Grande, el PC Autentico, Patria Grande, Nuevo Encuentro y otros- es uno de los temas que abren discrepancias.
El kirchnerismo y también sus aliados del massismo promueven que en la denominación aparezca el nombre de Partido Justicialista o Justicialismo, para encolumnar la propuesta electoral peronista en los comicios de medio término que en Buenos Aires serán desdoblados: el 7 de septiembre votarán legisladores, concejales y consejeros escolares. Y el 26 de octubre los bonaerenses irán a las urnas para elegir diputados nacionales.
Es una nomenclatura que no conforma a los sectores que se recuestan sobre la figura de Axel Kicillof y que conformaron el movimiento Derecho al Futuro (MDF), con el que pujan desde la gobernación. “Ese nombre no resulta seductor para el electorado general”, es el argumento que se escucha en calle 6.
No obstante, para el armado que sostiene al Gobernador, la convocatoria de este sábado en la zona norte del Conurbano tiene expectativa moderada. “No se va a resolver nada de fondo”, dicen quienes tienen lugares para ocupar y van a dar el presente.
Una vez aprobado ese trámite (nadie duda que eso ocurra) la parada dificil será el 19 de julio, cuando venza el plazo para la presentación de las listas. Hasta ahora, lo que prevalece entre la dirigencia de los diferentes espacios es la desconfianza y es un preámbulo no recomendable para este tipo de procesos.
El domingo pasado hubo una “mini cumbre” entre Kirchner, Kicillof y Massa en la Gobernación. Se avanzaron algunos casilleros en el camino a la “unidad”, pero quedaron aspectos que se resolverán más adelante.
La designación de los apoderados (¿cuantos?, ¿que responden a quién?) y la “madre de las discusiones”: el armado de las listas, está pendiente.
Con Cristina Kirchner detenida y por ende imposibilitada de competir, el puesto principal es el número 1 de la enorme Tercera Sección provincial (sur y este del Conurbano)
La Cámpora había empezado a esbozar la idea de que Máximo Kirchner reemplazara a su madre, pero los índices de popularidad no lo estarían acompañando y la idea perdió fuerza. Ahora ese lugar volvería a ser disputado por mujeres: la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza -cercana a Cristina y Máximo- o Verónica Magario, ladera de Kicillof y referente de La Matanza.
Para las ocho secciones en que se divide la Provincia habrá tironeos por las candidaturas. Kicillof pretende -por el peso institucional y el apoyo de más de 44 intendentes que lo siguen- tener el 50% de los espacios “a salir”. Necesita reforzar el músculo legislativo, en un parlamento que no maneja desde que comenzó su primera gestión.
La otra mitad debería ser para La Cámpora y sus asociados: Nuevo Encuentro, Juan Grabois. Y en esa misma proporción debería entrar el massismo. Esto no está definido.
Máximo y Massa pretenden “30-30-30”, y que Kicillof designe las “cabeza de listas”. No obstante, estas discusiones no tendrán resolución en el encuentro formal del PJ en Merlo. Habrá, entre este fin de semana y el 18 de julio a las 23.59 pm, decenas de reuniones, peleas, disputas y portazos hasta la presentación de las listas en la Justicia Electoral.