Pasado el asombro y la euforia, la IA Generativa, al estilo ChatGPT, ya está definitivamente entre nosotros y es una herramienta de uso cotidiano para grandes y chicos. El fenómeno abre unos cuantos interrogantes para la educación, con muchos pros y otros tantos contras o desafíos.

Entre estos últimos puede ubicarse la llamada “delegación cognitiva”, es decir, el proceso por el cual los humanos transferimos tareas mentales a las máquinas, para que las hagan en lugar de nosotros.

Es una tendencia que nació con las primeras tecnologías digitales, que se profundizó con la IA y que hace que se corra el riesgo de que vayamos perdiendo algunas habilidades cognitivas humanas.

En este caso, se trata de tareas como resumir documentos, analizar datos o identificar patrones en la información, que la IA Generativa hace tan bien.

Cualquiera que lea esta columna podrá reflejarse en unas cuantas habilidades que fue perdiendo o relegando. Quienes usan Google Maps o Waze al conducir, ahora les cuesta más ubicarse sin esos mapas. ¿Quién recuerda un número telefónico o una dirección? También se pierde la capacidad de recordar hechos o fechas porque, claro, siempre está Google o Wikipedia al alcance del dedo.

Si bien es cierto que con la IA hay nuevas habilidades emergen -por ejemplo, leer mapas digitales y optimizar rutas en tiempo real- en el caso de la educación se presenta un desafío: cómo evitar que los alumnos deleguen habilidades básicas para su “oficio”, como tomar notas en clase, leer un texto largo, hacer un resumen, hallar la información más relevante, entre otras.

Hasta ahora, quienes ya pasamos por la escuela aprendimos a hacerlo por nuestra cuenta. Ahora, ¿qué pasará cuando lleguen a las aulas las primeras generaciones que nacieron con IA en sus vidas? ¿No habrán perdido esas habilidades como hoy los conductores la orientación sin Waze? ¿Cómo afectará esto al futuro educativo o al desarrollo personal de esos alumnos?

Otro desafío. Hay que hacer una investigación y buscar datos. Hasta ahora los alumnos usaban Google y podían aprender a discriminar las fuentes de información, identificar puntos de vista. ¿Qué pasará cuando usen solo IA Generativa que entrega un único texto con todo ya cocinado, sin identificar fuentes y con los sesgos propios de cada producto de IA?

La IA Generativa abrió un nuevo y venturoso mundo. Pero para aprovecharlo habrá que aprender a usarla críticamente. Y para eso estarán los maestros. Por eso, a diferencia de lo que suele decirse, la escuela hoy se hace mucho más necesaria que nunca.



Fuente Clarin.com

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