El gobierno nacional derogó una norma que prohibió exportar vacunos en pie para faena durante más de 50 años y la medida generó repercusiones en la cadena de la carne, en general positivas.
Se oficializó a través del decreto 133/2025, en el cual se plantea el objetivo de “asegurar la vigencia efectiva de un sistema económico basado en decisiones libres en todo el territorio nacional, adoptadas en un ámbito de libre concurrencia”.
La medida fue comunicada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, tras el decreto firmado este miércoles por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, que dejó sin efecto el decreto 322/1973, planteado como “temporal” en un momento de desabastecimiento.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger posteó en X que el decreto 133/25 “abre un sinfín de nuevos mercados para el sector ganadero de nuestro país”. Y puntualizó que “la mayoría de los países ganaderos lo permiten (92 países exportan ganado en pie). El monstruo del mercado mundial es Australia con barcos que cargan 30.000 cabezas, con los cuales se abastece el mercado asiático. Australia, Francia y Canadá́ exportan cada uno más de 1000 millones de dólares por año de ganado en pie.
También puso en consideración que “en nuestra región, Uruguay exporta 250.000 cabezas por año y Brasil 750.000″.
Un detalle que tuvo en cuenta Sturzenegger es que “el ganado en pie, además, es importante porque es un producto buscado por sociedades que tienen métodos particulares de faena (Turquía, por ejemplo, no faena animales castrados). Excluirnos gratuitamente de esos mercados es un sinsentido”.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, opinó que “es algo positivo para el sector”. Consideró que “estas iniciativas, cuando impactan en el mercado, son un avance hacia la normalización de las actividades productivas, permitiendo una mayor competitividad para los productores y una integración más eficiente de los mercados internacionales”.
El titular del Consorcio de Exportadores ABC, Mario Ravettino, coincidió en la valorización positiva, en el marco del proceso de desregulación que está haciendo el Gobierno desde que asumió, como la quita de las trabas a la exportación y cupos. Pero destacó puntos a tener en cuenta a la hora de avanzar con la venta a los diferentes países, como la aceptación de los cortes de carnes y la ponderación de las retenciones según el valor agregado.
Para representantes de la industria frigorífica enfocada al mercado interno, el impacto de esta medida sería claramente negativo. “Me parece una locura”, afirmó Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya). Consideró que “la falta de oferta de ganado podría provocar un aumento en los costos de producción, lo que podría generar alzas en el precio de la carne para el consumidor final. Esto no solo afectaría a la industria frigorífica, sino también a la economía en general y a la capacidad adquisitiva de los argentinos”.
Vale la pena tener en cuenta la repercusión que generó el tema en Uruguay. El consultor sobre ganados y carnes Rafael Tardáguila, referente sobre el tema en todo el Mercosur, puso en consideración que Uruguay tendrá ahora un competidor. Pero con su habitual visión, advirtió que puede ayudar a equilibrar entre las exportaciones de cortes vacunos y el ganado que el vecino país exporta a Turquía y a otros países.