A días del inicio del verano, bajo uno de esos cielos madrileños celeste intenso y con temperaturas ya asfixiantes, miles de personas se reunieron en la Plaza de España de la capital para protestar en contra del gobierno de Pedro Sánchez y reclamar elecciones cuanto antes.
Convocados a las once de la mañana por el Partido Popular, la principal fuerza de la oposición al gobierno de coalición de izquierdas que lidera el socialdemócrata Pedro Sánchez, la plaza desde la que parte la Gran Vía se fue poblando de banderas españolas. Porque la consigna de los organizadores -que bautizaron la concentración con el lema “Mafia o democracia”- fue que no se tratara de una protesta partidaria.
“No estamos aquí para defender un partido. Estamos aquí para defender nuestro país”, dijo el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre el escenario.
“Frente a un gobierno que nos miente, aquí estamos los españoles que no nos callamos. Y por eso más de cien mil personas, en el mes de junio y con este calor, estamos aquí”, agregó.

Según la delegación del gobierno, sin embargo, en la plaza más grande de Madrid se congregaron la mitad de los señalados por Núñez Feijóo: unos 50 mil asistentes.
“La gente tiene el poder”
La banderas españolas ondeaban entre cientos de sombreros tipo Panamá decorados con cintas amarillas y rojas. Cuando la manifestación promediaba, la térmica ya arañaba los 30 grados.
Sonaba, de fondo, el “People have the power” (“La gente tiene el poder”) de Patti Smith, un himno al que el PP apela a menudo en sus concentraciones.
A pesar de que el PP abrió la convocatoria a todos los partidos políticos contrarios a Pedro Sánchez, los únicos oradores del evento fueron, junto al líder del partido, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida.
Abajo del escenario, en primera fila, le daban “chapa” a la manifestación dos ex presidentes del PP: José María Aznar y Mariano Rajoy, quien fue destituido en 2018 por la moción de censura que presentó Pedro Sánchez, en el gobierno desde entonces.
“Mafia o democracia”
El detonante de la convocatoria fue la filtración de unos audios en los que una ex concejal del PSOE pedía información de un teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil para desacreditar las investigaciones de esa fuerza del seguridad del Estado.
Se pedía algún “trapito sucio” de Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la UCO, quien participa de las investigaciones que se siguen a la esposa del presidente, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez.

Fue la sexta manifestación organizada por el Partido Popular desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a la cúpula del partido, en abril de 2022.
“Pedro Sánchez dimisión”, coreaban los presentes. Llegaron micros desde distintos puntos de España para participar de la manifestación.
“Jesica tenía su nido de amor con Abalos pagado por todos vosotros aquí cerca”, dijo el alcalde de Madrid frente a un atril con un cartel sin las siglas del PP y con la inscripción “Democracia”.
Se refería a la ex pareja del ex ministro de Transporte de Sánchez, Jose Luis Abalos, investigado por corrupción mientras integraba el gabinete.

Cuando la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso subió al escenario, la gente comenzó a corear: “¡Tú sí que vales!”
“Aquí se es madrileño de Andalucía, de Cataluña, de Argentina o de Chamberí. En Madrid cabemos todos los acentos del español, nuestra riqueza cultural, que también pasa por nuestras lenguas co-oficiales”, dijo Díaz Ayuso.
“Aquí la política no divide ni dirige la vida de los españoles”, agregó.
“Normalizan el crimen y criminalizan la vida normal. De eso va lo que está sucediendo en España”, insistió la presidenta regional.
“Lo último que le faltaba a España es un gobierno corrupto, sin principios, sin amor por su nación. Que fuera capaz de poner al frente personas capaces de fabricar más corrupción para tapar corrupción. Y eso se llama mafia”, subrayó Díaz Ayuso.
Crisis
La manifestación desbordó los 37 mil metros cuadrados de la Plaza de España de Madrid dos días después de la reunión de presidentes autonómicos que Sánchez convocó en el Palacio de Pedralbes, la antigua residencia del rey Alfonso XIII cuando visitaba Barcelona.
Allí se reunió con las máximas autoridades regionales de las comunidades autónomas y de Ceuta y Melilla, las dos ciudades españolas en territorio africano.
A último momento, el gobierno tuvo que aceptar incorporar a la agenda del día, que versaría casi exclusivamente sobre el problema de la vivienda en España, otros asuntos como la financiación de los territorios.
Fue la primera reunión de presidentes en las que los catalanes, los gallegos y los vascos estaban autorizados a hablar en sus lenguas, que son co-oficiales del castellano que se habla en todo el país.
Pero la presidenta madrileña Díaz Ayuso ya había adelantado que, si las autoridades catalanas o vascas iban a hacer sus exposiciones -cada autoridad regional tenía diez minutos para hablar- en otra lengua, ella se levantaría. Algo que cumplió cuando el presidente vasco, Imanol Pradales, comenzó a hablar. Sin embargo regresó a su lugar cuando lo estaba haciendo, en gallego, Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia y compañero del partido de Díaz Ayuso.
Pedido de renuncia
“El gobierno está agotado. El presidente es incapaz de salir a la calle. Ha terminado el tiempo de la política mafiosa, de este gobierno agónico”, dijo en la manifestación Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, que viajó para participar en la protesta.
“España está cansada, pero no rendida”, dijo Núñez Feijóo.
“Convoque elecciones, las queremos ya. Nadie le votó para hacer esto. Ni los suyos”, exhortó a Sánchez.
“España está preparada y yo estoy listo”, se candidateó el líder del PP.
“Frente a un presidente que se esconde, aquí hay un país que no lo hace”, insistió Núñez Feijóo.
La prensa conservadora señalaba este domingo que el presidente del gobierno lleva más de un mes sin responder preguntas de los periodistas. Y casi un año sin conceder entrevistas en ningún medio.