El segundo banderazo de Boca en South Beach, la zona céntrica de Miami, tuvo la misma intensidad y color que el primero, pero esta vez el ánimo es diferente. Cientos de hinchas se congregaron en la intersección de la 80 Street y Avenida Collins para cantar y alentar por Boca, para estar juntos, para sentirse cerca, en casa y en familia. Pero ahora el ánimo permite soñar con un triunfo ante Bayern Múnich.
Desde temprano, los hinchas de Boca se fueron acercando al punto de encuentro donde hay un espacio verde (no llega a ser parque, pero tampoco es una plaza) donde pudieron instalar sus parrillas y hacer el asado argentino. Botellas recortadas, hielo, cumbia y fernet. El calor se hacía sentir.
Entre el que vendió “la moto”, le pidió plata prestada a la abuela y el que mintió en el trabajo para poner viajar, se multiplican las historias de hinchas de Boca que llegaron a Estados Unidos con la ilusión de conseguir avanzar a los octavos de final del Mundial de Clubes. Pero si antes de Benfica se firmaba un empate -y después se lamentaron porque se les escapó la victoria- ahora la consigna es ganar. Al Bayern Múnich, sí, ganar.
Rápidamente asoma la sonrisa cómplice y reculan: “Bueno, igual si le sacamos un empate ya alcanza”. Saben todos y todas que no perder con los alemanes sería casi un boleto a la siguiente instancia. Pero también saben que será muy difícil. “Lauty se lo come en un pancho a ese Kéin (sic)”, vocifera uno ante la consulta de Clarín y lo hace en referencia a Lautaro Di Lollo que probablemente se ocupe de la marca del delantero británico Harry Kane.
Pasadas las cuatro de la tarde en Miami, el numeroso grupo de hinchas de Boca se organizó para movilizarse hasta el mar. Son pocos metros desde el punto de encuentro hasta el agua. Todos con sus banderas, el gorro piluso de Boca, gorras, camisetas y también se exhiben muchos tatuajes por lo poco cubiertos que marchan bajo el sol.
La euforia es total al llegar a la orilla y los que más sudaron -y más bebieron- se tiran de cabeza sobre las débiles olas de la costa de Miami. “Y vamos Boca te vinimos a ver, y vamos Boca que tenés que ganar”, cantan con la melodía de una canción del grupo Turf.
Saben los hinchas de Boca del revuelo que generaron tras el empate ante Benfica. El último lunes, el Hard Rock Stadium lució con 50.000 hinchas del club argentino (según datos oficiales) y despertaron los elogios de muchos jugadores y entrenadores europeos y también de Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Esperan que por ser muchos, exista un guiño de la organización para pasar a octavos.
Aunque los ánimos sean diferentes, la ilusión se mantiene intacta y todavía más fortalecida tras el 2-2 con los portugueses. “El hincha de Boca está loco”, dijo Riquelme alguna vez. Y ellos tratan de refrendarlo en cada cancha, en cada ciudad, en cada país donde juegue Boca.