Vestidos de Linterna Verde, Batman, Thor o Mujer Maravilla, los integrantes de Superhéroes Solidarios Argentinos recorren hospitales pediátricos para regalar sonrisas y contención a los chicos internados. Su fundador, el lomense Oscar Baudille, cuenta cómo surgió la iniciativa y qué impacto tiene en las familias: “El humor y el afecto ayudan mucho en los procesos curativos”, asegura.
Durante la pandemia mandaban videos personalizados. Ahora, vuelven a los pasillos y habitaciones de hospitales como el Garrahan o el Elizalde para acompañar a los niños que atraviesan tratamientos difíciles. “La alegría les produce endorfinas, les devuelve la fe. Ese instante que uno les dedica vale oro”, explica Baudille.
Si hay algo que Oscar Baudille aprendió en todos estos años de recorrer hospitales es que un momento de felicidad puede hacer la diferencia. “Si vos mirás la película Patch Adams, te vas a dar cuenta de que el humor, la risa y el afecto favorecen mucho en los procesos curativos, o por lo menos en transitar procesos que son dolorosos para los chicos”, reflexiona. Por eso, cuando la pandemia impidió las visitas presenciales, el grupo no se detuvo: “Mandábamos videos a los papás para que se los pongan a los chicos, con la creencia de que ese instante, donde vos ponés toda tu energía al servicio de ese pibe, va a ayudar en su recuperación”.
Las anécdotas que Oscar guarda en su memoria son muchas. Pero una en particular lo marcó y ayuda a dimensionar el espíritu que comparten los Superhéroes Solidarios Argentinos: “Una nena que tenía cáncer, parálisis y fibrosis quística quería ser superheroína. Yo le hice una capa y le llevé el anillo oficial de Linterna Verde. Hicimos el juramento. Las enfermeras lloraban. La mamá después me llamó para decirme que la nena estaba mejor predispuesta y a las dos semanas pudo dejar el hospital”. Para Oscar, ese granito de arena no fue un acto de magia, sino de amor y dedicación: “No es lo que yo hice, sino cómo la ayudé a ser feliz en ese momento”.
El grupo, integrado por voluntarios, visita regularmente hospitales como el Garrahan, el Santojanni, el Elizalde, el Español y el Evita. También sumaron hogares que alojan a chicos en tratamiento. El deseo de alegrar a los niños hace que quieran continuar expandiéndose y actualmente están a la espera de la autorización por parte del Hospital Gandulfo: “Nos sentimos útiles en acompañar a grandes y chicos e incentivarlos para que no pierdan la fe”, afirma Baudille.
El proyecto crece con nuevos integrantes: “Este año se sumaron un Batman, una Superchica y ahora una Mujer Maravilla. A los que quieren entrar les pedimos compromiso”. Su enfoque es claro, no se trata solo de disfrazarse, sino de conectar de verdad con los chicos. “Cuando estás delante de un pibe, sos ese personaje para él. No podés estar con cualquier cosa arriba”, explica.
Para sumarse o colaborar, el contacto es sencillo: basta con escribirles por mensaje privado en sus redes, Facebook o Instagram (@superheroessolidarios). “Necesitamos ser héroes, y no hay mejor tiempo que el ahora”, resume Oscar. Una frase que, como las mejores historias de superhéroes, deja en el aire la esperanza de que todos podemos aportar algo para cambiar el día de otro.