El martes 27 de octubre de 1931, Carlos Gardel realizó una grabación con Francisco Canaro. Era un día muy caluroso y el sistema de ventilación del estudio no funcionaba. Grabaron empapados en sudor, tanto que Carlos se sacó la ropa y se quedó sólo con los zapatos y los anteojos que necesitaba para leer las letras de las canciones.

Esto escandalizó al técnico de grabación, de origen alemán, que le gritó: “Pero, señor Gardel, ¡Qué quiere decir esto!”. A lo que Carlitos contestó: “¡Esto quiere decir, viejito, que no tanto hacerte el estrecho, que a mí me han pasado el santo que vos en Alemania eras una buena mandarina!”. (1)

El cantor parecía no encajar con las costumbres argentinas de los años 30. Al día siguiente de su célebre grabación en “traje de adán”, Gardel se tomaba el barco Conte Rosso para partir hacia Europa.

Muchos años después, el poeta Raúl González Tuñón recordaba: “Conocí a Gardel a bordo del Conte Rosso a fines de 1931. Yo iba al Brasil, como corresponsal de la vieja Crítica, en los días de la revolución de Getulio Vargas y Gardel volvía a París.

Todas las noches -el barco tardaba 5 días en llegar a Río-, nos reuníamos con Gardel en el camarote del capitán a tomar unas copas. Él cantaba para nosotros canciones en francés y en italiano”. (2)

La idea de Gardel en este viaje era trabajar en cine y dejó en libertad de acción a sus guitarristas no sin antes aconsejarles: “Esta vez no van a viajar conmigo, pero atenti, muchachos: eviten agarrar viaje con cualquier crosta porque ustedes, aparte de laburar con este gomía, son escobas de primera calidad”.

Carlos Gardel. / Archivo ClarínCarlos Gardel. / Archivo Clarín

Además de tener su mente puesta en los estudios de filmación, quería descansar de las presentaciones en teatros y cabarets.

Esperaba llegar a París a fin de ese mismo mes, para realizar dos películas sonoras y luego viajar a Los Ángeles en marzo de 1932.

Ya en ese momento hablaba con convicción sobre el futuro cine sonoro: “Volviendo al porvenir del cine sonoro, soy optimista. Pero siempre que él no se vea sujetado a la simple escena como en el teatro, lo que significaría su decaimiento y rutina de corto plazo.

Para mí, lo esencial del cine sonoro es que siga siendo siempre cine, que se haga en primer término cinéma, como dicen los franceses, y que se varíen los pasajes de interiores con los de panoramas, movimiento amplio y cambios como en el viejo arte-mudo, pues no debe olvidarse que esos factores constituyeron la base preponderante de sus éxitos”. (3)

Durante unos meses Gardel estuvo en París y pudo disfrutar de la ciudad casi como un turista.

Carlos Gardel a los 15 años. Foto: Archivo General de la Nación.Carlos Gardel a los 15 años. Foto: Archivo General de la Nación.

El Zorzal y la soprano

Según una versión, visitó a la renombrada soprano francesa Ninon Vallin, nombre artístico de Eugenia Vallin Pardo (1886-1961), que había actuado en el Teatro Colón en varias temporadas entre 1916 y 1925.

Carlos habría pasado algún tiempo en La Sauvagère, la casa de la diva en el pueblo de Millery, cerca de Lyon, y habría aprovechado la estadía, además de disfrutar de una muy grata compañía, para escuchar consejos sobre técnicas vocales, algo que siempre le interesó. Lo cierto es que pasó una parte del invierno en La Riviera, visitó a sus parientes en Toulouse y también paseó por Nápoles y Londres.

En París alquilaba un departamento en el número 27 de la rue Le Ville, cerca de la estación de metro Villiers, que se transformó en el refugio de toda la bohemia argentina que andaba boyando por París.

Caminando por esas callecitas parisinas escuchó el ruido de un avión y le dijo a su amigo Luis Mandarino unas palabras premonotorias: “Che, tano, mirá para arriba. En uno de esos pájaros seguro que no volaría, porque si se viene abajo, no se salva nadie”. (4)

Notas: 1. Francisco Canaro, Mis bodas de oro con el tango. Mis memorias 1906-1956. 2. Del Greco, Orlando, Carlos Gardel y los Autores de sus canciones. Ediciones Akian Buenos Aires, Junio 1990. Pág. 386. 3. Idem. 4. Diario El Mundo, 24 de junio de 1967.



Fuente Clarin.com

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