El viernes 14 de marzo, de las 3:26 a las 4:31 de la madrugada, viviremos el eclipse lunar junto a la Luna llena en Virgo. Durante poco más de una hora podremos notar cómo nuestro satélite natural se torna de un tono rojizo; razón por la que también se le conoce como “luna de sangre”

El eclipse, el primero del año, será visible en toda América, el océano Pacífico, el oeste de Europa y el oeste de África. Quizá leíste que el eclipse del 14 de marzo forma parte de la serie Saros 123. ¿Sabés qué significa este dato?

¿Qué son las series Saros y por qué son importantes en los eclipses?

La NASA explica en su catálogo de eclipses que las series de Saros son un sistema elaborado para poder calcular la “periodicidad y recurrencia de los eclipses lunares (y solares)”. Cada serie Saros agrupa eclipses que comparten características similares en su geometría en las órbitas. Además, cada serie Saros repite un mismo tipo de eclipse: o son series Saros exclusivas de eclipses lunares o son series Saros de eclipses solares.

Cada ciclo Saros dura 6.585,3 días. En otras palabras, entre uno y otro eclipse de la misma serie transcurren 18 años, 11 días y 8 horas, o, lo que es igual, 223 lunaciones.

El astrólogo y docente en astronomía Sergio Barreiro explicó a Clarín que una serie Saros repite eclipses similares con respecto a parámetros orbitales. En otras palabras, deben repetirse tres factores comunes: todos involucran a la misma luminaria (Sol o Luna, según sea el caso), ocurren en el mismo nodo (ascendente o descendente) y se producen en una distancia similar entre la geometría de la Luna y la Tierra.

Barreiro indicó que, debido a la gran cantidad de factores en juego y la complejidad de los movimientos de la Luna, “las series Saros pueden durar desde 1226 hasta 1550 años, pueden componerse de 67 a 87 eclipses, de los cuales unos 40 a 60 son centrales, ya sean de Sol o de Luna”.

Barreiro también aclaró una confusión frecuente: dos eclipses que pertenecen al mismo ciclo Saros no se repiten exactamente en el mismo punto del zodiaco. Esto se debe a la diferencia de 11 días y 8 horas del ciclo Saros, que se traduce en un desplazamiento de 10,5 grados entre un eclipse y su sucesor en la serie.

Otro dato curioso es que las series Saros de los eclipses solares son números pares cuando se producen en el nodo sur e impares cuando lo hacen en el nodo norte. En cambio, las series Saros de los eclipses lunares son números pares cuando ocurren en el nodo norte y son impares cuando suceden en el nodo sur.

Veámoslo tomando como ejemplo los dos eclipses lunares de este 2025: el del 14 de marzo ocurre en el signo de Virgo, donde se ubica el nodo sur ahora, y pertenece a la serie 123. En cambio, el que ocurrirá el 7 de septiembre, en el signo de Piscis, donde se halla el nodo norte, pertenece a la serie Saros 128.

¿De dónde viene el término “Saros”?

Los eclipses siempre han causado fascinación. En Babilonia, los astrónomos caldeos fueron capaces de advertir que los eclipses ocurrían con cierta periodicidad. En el siglo IV a. C. ya lograron estimar cuánto duraba un ciclo Saros, aunque no lo llamaban así.

Barreiro explicó que, aunque la civilización mesopotámica desconocía que la Tierra era una esfera y se enfrentaban a limitaciones para comprobar sus teorías, fueron capaces de estimar la periodicidad de los eclipses gracias a un registro minucioso de los movimientos de la Luna y el Sol en el horizonte. “El conocimiento mesopotámico sobre el ciclo Saros es un tema fascinante porque nos muestra la sofisticación de su astronomía y astrología, pero también los límites por su contexto histórico”.

La NASA explica en su portal que el astrónomo inglés Edmund Halley [el mismo que calculó el cometa que hoy lleva su nombre] fue quien adoptó el término Saros, en 1691, para nombrar estas series. Se cree que lo hizo como un homenaje al lexicógrafo griego Suidas, que vivió en el siglo X d.C.

De todos modos, el significado de la palabra todavía se debate. Muchos estiman que “Saros” proviene del término babilónico ‘sar’, que es un intervalo de 3.600 años. Otros, agregó Barreiro, consideran que su origen proviene del término acadio “šāru”, que significaba ciclo o repetición.

Al eclipse lunar del 14 de marzo de 2025 le seguirá, el 29 de marzo, un eclipse solar parcial en Aries, que pertenece a la serie Saros 149. Ahora, ya sabés qué significa y cuál es su función en el estudio de los movimientos estelares.



Fuente Clarin.com

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